Opinión
La creciente integración de Chile con esta parte del mundo ha generado importantes beneficios para nuestra economía, permitiendo que los consumidores se beneficien con productos importados más baratos, y logrando nuevos mercados para el sector exportador nacional. Lo anterior se ha traducido en un incremento de las exportaciones y un fuerte desarrollo en las actividades comerciales del país, con la consiguiente creación de empleo que esto involucra.
El Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés), firmado por Chile el pasado 8 de marzo, constituye un positivo e importante paso al logro de una mayor integración del país con economías asiáticas. Tal como lo ha sido en las últimas décadas, las economías de esa región del mundo son por lejos las que presentan mayores tasas de crecimiento económico y mejores índices de apertura al intercambio comercial.
La creciente integración de Chile con esta parte del mundo ha generado importantes beneficios para nuestra economía, permitiendo que los consumidores se beneficien con productos importados más baratos, y logrando nuevos mercados para el sector exportador nacional. Lo anterior se ha traducido en un incremento de las exportaciones y un fuerte desarrollo en las actividades comerciales del país, con la consiguiente creación de empleo que esto involucra.
El CPTPP beneficiará a Chile de manera especial con países con los que se tenía acuerdos más limitados, como Brunei, Japón, Nueva Zelandia y Singapur. Esto significa importantes beneficios para los sectores forestal, frutícola, lácteos y carnes, como también mayores desafíos frente a la competencia de productos importados.
Asimismo, las reglas de comercio exterior con este acuerdo serán más parejas, lo cual se traduce en una simplificación para intercambio, beneficiando de manera especial a los pequeños exportadores e importadores del país.
La autoexclusión de EE.UU., si bien significa una merma importante en el peso económico del acuerdo, también agilizó su concreción, debido a aspectos planteados por esta nación –como el tratamiento al derecho de propiedad–, que dificultaban la concreción del acuerdo. No obstante, el mismo pacto deja abierta la posibilidad de que se incorpore en el futuro, al igual que lo podría hacer China, u otros países.
En momentos en que, por razones políticas, algunos países han optado por proteger a industrias nacionales en particular, disminuyendo con esto su apertura al exterior, el CPTPP revindica las ventajas del libre intercambio comercial entre países, las que han demostrado en el tiempo que incrementan el nivel de vida de los habitantes de las naciones que las hacen suyas.
Medidas proteccionistas que van en dirección opuesta, a poco andar solo se traducen en incrementos en los precios a los consumidores, y en una menor eficiencia en el uso de los recursos, retardando o alejando definitivamente el desarrollo económico para estos países.
Víctor Cifuentes
Académico Facultad de Administración y Negocios
Universidad Autónoma de Chile
