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Una cancha pareja para las pymes Opinión

Una cancha pareja para las pymes

Cristián Yoma
Por : Cristián Yoma Ingeniero Civil Industrial. CEO de Rindegastos
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Bastante ayudaría a los productores locales poder jugar en una competencia de verdad, sin desventajas. Además, teniendo que pagar 9% menos, las pequeñas, medianas y grandes empresas podrían generar más capital que, al final del día, se traduce en más ingresos progresivos para el Estado.


¿A quién no le gusta jugar en una cancha cuidada, con el pasto bien cortado y sin hoyos para que la pelota circule y corra igual de bien para todos los jugadores? Parto con esta analogía futbolera para plantear algunos temas que el Ministerio de Hacienda discute actualmente con la oposición y tienen efecto directo sobre los que hemos decidido tomar el camino del emprendimiento, en algunos casos, a través de la innovación tecnológica. Me refiero a los impuestos a servicios digitales y la boleta electrónica, ambos insertos en la Reforma Tributaria.

Este último punto es positivo para Chile. Si los emprendimientos pedimos la cancha pareja para todos en derecho, que también lo sea en deberes. Es un paso hacia adelante digitalizar las boletas: se está apostando a hacer los procesos más integrados y transparentes, bajando así la posibilidad de evasión, además de reducir la contaminación por papel.

En la misma línea, como pyme apostamos por nivelar los impuestos de servicios digitales para todos. Este tema ya es conocido, incluso se está abordando en el extranjero; mientras la Comisión Europea busca zanjar un gravamen en marzo, Estados Unidos ya aceptó el impuesto en servicios y ventas online.

En nuestro país, distintos gremios y la oposición abogan para que los servicios prestados por las plataformas digitales sean gravados con un 19%, mientras que el Gobierno y la Asociación Chilena de Empresas de Tecnología de la Información apuestan por un impacto menor con un 10%. La pregunta que cabe es la siguiente: ¿por qué no dejar la cancha nivelada, pero en un 10% para todos? Incluso así, el país cobraría por impuestos digitales más que el 3% de Italia o el 8% de Japón y Corea del Sur.

Bastante ayudaría a los productores locales poder jugar en una competencia de verdad, sin desventajas. Además, teniendo que pagar 9% menos, las pequeñas, medianas y grandes empresas podrían generar más capital que, al final del día, se traduce en más ingresos progresivos para el Estado. El problema es que esto no aumentaría la recaudación a corto ni a mediano plazo; una medida que automáticamente deja de ser atractiva para los actuales y futuros gobiernos y que condiciona una política pública que podría ser excelente en el largo plazo para Chile como hub tecnológico en Latinoamérica.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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