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Emisión de bonos corporativos a niveles históricos. Voraz demanda de AFP y family offices alimenta el boom

Héctor Cárcamo
Por : Héctor Cárcamo Periodista El Mostrador Mercados
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Galopante es el ritmo con que las empresas chilenas están acudiendo a financiarse en el mercado de capitales. Con las aperturas en bolsa apenas reflotando y los créditos bancarios vigilantes del riesgo, las emisiones de bonos para las empresas se han transformado en una alternativa imprescindible para financiar inversión y reestructurar pasivos.

Según un informe de Munita, Claro y Cruzat, entre el 1 de enero y 19 de abril de 2012 se han colocado bonos por US$ 1.600 millones, cifra que casi duplica los US$ 845 millones registrados en similar lapso de 2011.

La última operación la realizó ayer la sanitaria Aguas Andinas, que emitió bonos de US$ 106 millones y planea emitir otros US$ 1,2 millones. Para la próxima semana la empresa productora de celulosa del grupo Angelini, Arauco, inscribió dos líneas de bonos por US$ 460 millones. Fuentes de la empresa indicaron que el monto a colocar se definirá en función de las necesidades de la compañía.

Felipe Mena, gerente de renta fija de Munita, Claro y Cruzat, estima que si se mantiene este ritmo de emisión de bonos en el resto del año se cerrará un ejercicio cercano a años históricos como el 2009 y el 2007. El primero, eso sí, anormal dado que los bancos sufrieron la estrechez de liquidez derivada de la crisis subprime y se cerró el mercado bursátil, lo que ubicó a los bonos como un oasis.

La velocidad de la temporada de bonos se ve beneficiada, además, por la voracidad con que actúan los inversionistas institucionales, como AFP y aseguradoras, que gestionan platas de jubilados y de afiliados al sistema de pensiones y que deben calzar sus inversiones con sus pasivos. Además, se suma la liquidez que viven los family offices, donde está acumulada la riqueza generada en los negocios de los empresarios locales. Finalmente, aparecen fondos de inversión.

Pero la liquidez no es gratis. Aún quedan los resabios que dejó el escándalo La Polar, que estalló en junio de 2011, y sigue rondado la nube de la crisis europea, ambos factores que mantienen relativamente caros los bonos para las empresas.

Mena estima que el promedio de spread obtenidos por los inversionistas en las colocaciones de bonos de este año bordea los 130 puntos base, mientras que en el mismo tramo de 2011 apenas llegaba a los 100 puntos. Esto, pese a que desde el último trimestre de 2011, los spread comenzaron a ceder, en especial, según señala Corp Research, en bonos de empresas AAA y AA, donde la prima por riesgo disminuye.

La referencia de los primeros cuatro meses de 2011 no ayuda. La crisis europea no se incendiaba tanto como ocurriría más tarde y por cierto, el destape La Polar aún no se conocía en los mercados.

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