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Fin del CAE costará a la banca un promedio de US$ 200 millones al año en ingresos

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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El Gobierno sacó a la banca del negocio del financiamiento de la educación superior. El lunes el ministro de Educación Harald Beyer anuncio el fin al CAE, explicando que impulsará un nuevo sistema crediticio administrado por el Estado que tendrá una tasa de interés única del 2% anual. Llegará al 90% de los estudiantes, dejando fuera solamente al 10% más rico del país. Las cuotas se deberán comenzar a pagar una vez que se empiece la vida laboral y no sobrepasará el 10% promedio de sus ingresos futuros.

La decisión pone fin a uno de los puntos más cuestionados durante las movilizaciones estudiantiles del año pasado. Para la industria, el fin del CAE significa el término de un negocio que, según el economista Manuel Riesco, entre 2006 y 2011 representó aproximadamente US$ 1.100 millones en ingresos para los bancos involucrados.

De acuerdo a datos de la Dirección de Presupuestos analizados por CENDA, los siete bancos que han participado como intermediarios en su financiamiento obtuvieron una utilidad brutas totales de $400 millones entre 2006 y 2011. En un estudio separado, el Banco Mundial estimó que la banca chilena ganó US$ 550 millones en los primeros cinco años del CAE.

Dos ejecutivos de bancos que han participado en el sistema explican que las cifras representan un porcentaje pequeño del negocio de la banca en Chile, pero sí admiten que tenía buenos márgenes. Para comparar, solo en 2011 la banca chilena ganó US$ 3.500 millones.

La principal forma en que los bancos ganaban plata era con la «recarga». Como reportamos en El Mostrador hace unos meses, el sistema permite que los bancos puedan vender al Fisco los créditos que estiman riesgosos, pero sin un castigo como ocurre siempre. Dado que el comprador no sabe con exactitud cuánto va a recuperar, paga un precio menor por la cartera. En el CAE es al revés, el Fisco premia.

Entre 2006 y 2011 los bancos traspasaron cartera “mala” al Estado por US$ 887 millones —un 39,3% % del total de préstamos otorgados— y el Fisco les entregó de vuelta US$ 1.182 millones, o sea, un 33% más de su valor. Sin moverse del escritorio recibieron un premio de US$ 295 millones. De esa cifra, US$ 206 millones corresponden al 2009, el año de la crisis y en el que el Gobierno decidió aumentar de 42 mil a 72 mil el universo de beneficiarios. Fue, lejos, el mejor para los participantes: BCI, BancoEstado y Scotia Bank se deshicieron del 50% de los créditos en la primera licitación y como no se adjudicaron todos los paquetes de alumnos se llamó a un segundo concurso en el que el Fisco adquirió el 100% de los préstamos. El recargo fue de 49%.

De acuerdo a los datos proporcionados por Ingresa a El Mostrador, el BCI es el que ha sacado más provecho del negocio y en un solo año. Fue el que mejor combinó la ecuación: vendió un 65% de los créditos con un sobreprecio de 63% en 2009. Al multiplicar ambos factores, el resultado que la comisión llama “costo fiscal” es el más alto: 26%, pero hay que señalar que ese índice pondera el hecho que en 2006 y 2007 el banco de Luis Enrique Yarur y su familia se adjudicó un monto pequeño de créditos —US$ 3,9 millones— y no vendió ninguno. Caso inédito en la historia del CAE.

Lo sigue el Santander, el mayor banco de la plaza, con un costo de 17% gracias a la de venta del 49% de la cartera y una recarga del 34%. El tercero es el canadiense Scotiabank, que compró en noviembre de 2007 el Banco del Desarrollo —muy activo en el negocio de la educación— que se deshizo del 47% de la cartera con un premio de 33%.

En cuarto lugar, el brasileño Itaú, que traspasó el 50% de la cartera mala, a la que le aplicó una recarga del 30%. El quinto es el BancoEstado que vendió, entre 2006 y 2009, un 36% de los alumnos más riesgosos con una tasa de recarga del 36%. Destaca por haber entregado un alto monto de créditos —US$ 144 millones— ubicándose detrás del Scotia y Corpbanca. Este último, que participó por primera vez el año pasado, es el sexto. Rompió el esquema al comprar el 45% de la cartera, el máximo permitido en 2011, con un recargo de 6%.

El más barato para el Fisco ha sido el Banco Falabella. Otorgó un monto bajo de préstamos —US$ 3,7 millones en las licitaciones de 2007 y 2008— vendió sólo 9% de los créditos con un recargo de 9%.

Hay particularidades: el Scotia ha sido el de mayor presencia en el negocio —el único que se adjudicó créditos en todas las licitaciones, excepto 2011 que perdió— por el monto mayor (US$ 328 millones sin incluir las renovaciones que debe hacer cada año a los alumnos “comprados”). Mientras, el Santander está a la cola con US$ 3,1 millones y ha sido el segundo más caro para el Fisco.

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