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The Economist se suma al Financial Times y al New York Times en repasar a Piñera por la Casen

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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Primero fue el Financial Times, hace dos semanas fue el turno del New York Times y ahora le toca a The Economist. Los tres medios más influyentes del mundo occidental se han turnado en repasar al gobierno de Sebastián Piñera por intentar sacar provecho político de las cifras.

Hace tres semanas el Financial Times criticó a La Moneda al comparar lo que hizo con las cifras de la Casen con las prácticas de los Kirchner en la Casa Rosada. El influyente diario de negocios británico dijo que las denuncias de que el gobierno “masajeó las cifras es algo que uno asocia más a las prácticas de los gobiernos argentinos que a las que tradicionalmente han tenido los chilenos”.

Una semana después las críticas fueron del New York Times (NYT), el diario que marca la pauta del país más poderoso del mundo y buena parte de la elite global. En la nota, publicada el pasado martes 11 de septiembre, recogida de un reportaje de la agencia AP, el diario afirma que “los esfuerzos de Piñera en sacar provecho político de las cifras lo abren a acusaciones de que las maquilló”.

El título en sí fue lapidario: “Presidente de Chile acusado de cocinar la cifras de pobreza”. El diario que marca la pauta en Estados Unidos señala que la Cepal declaró que nunca antes funcionarios del Gobierno habían insistido en hacerle cambios a los resultados después de que los economistas de la organización habían revisado las cifras.

Esta semana el turno es del Economist, sin duda el semanario más influyente del mundo. Ya en abril la revista británica había gatillado coletazos en el mundo político criollo cuando volvió locos a todos al describir al Presidente Sebastián Piñera como un político “inepto” y “arrogante”. El reportaje hizo una cruda y durísima crítica a todo el “establishment” político del país, afirmando que la clase política chilena ha sido incapaz de manejar el evidente progreso económico y social que el país ha experimentado desde el regreso a la democracia.

Bueno, en la edición de esta semana, el Economist vuelve a la carga. Esta vez por la polémica de la encuesta Casen. Y tal como lo hizo el Financial Times, hace una comparación con nuestros vecinos argentinos.

“Estadísticas truchas es algo que uno asocia con Argentina. En efecto, este mes, el Fondo Monetario Internacional le dio un plazo hasta el 17 de diciembre para que el gobierno argentino provea cifras creíbles o arriesga sanciones. Pero al otro lado de Los Andes, en Chile, se ha desatado un polémica acerca si el gobierno de centro derecha de Sebastián Piñera ha manipulado las cifras de pobreza para hacer ver mejor su manejo económico”, es como el semanario abre su artículo.

La nota dice que la discrepancia es menor, pero los principios en juego son enormes: “Chile por largo tiempo se ha distinguido en la región por la seriedad de sus políticas económicas y la imparcialidad de sus estadísticas. Esta reputación le ayudó a ser el primer país sudamericano miembro de la OCDE, el club de las naciones más ricas del planeta. Ahora, esa reputación está un poquito dañada”.

La revista procede a resumir los detalles de la polémica y destaca que es la primera vez en los 25 años de la Casen que la Cepal recalcó los resultados a pedido del gobierno. “Algunos economistas opinan que esto significa que los resultados de este año no son comparables a las encuestas precedentes”, explica la nota. También informa que el gobierno responde que esto es “simplemente un malentendido con la Cepal y que el incluir los nuevos datos se justifica”, pero The Economist resalta que las autoridades aún no publican los detalles de estos.

La revista destaca que el “Casengate” no es la única disputa reciente sobre estadísticas en Chile. La frase se refiere a los problemas con los resultados del censo. “Resultados preliminares del censo de este año encontraron solo 16.6 millones de chilenos. Esto fue una sorpresa, ya que las proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) eran que la población sería de 17.4 millones”.

Las nuevas cifras parecían confirmar la preocupación de que “el censo de este año fue mal hecho”. Aunque subraya que el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, aprovechó de comentar —no sin un toque de humor— que entonces el ingreso per cápita saltó a cerca de US$19.000 —de los US$ 17.222 del año anterior—.

The Economist asimismo hace hincapié sobre las cifras de desempleo. “Las estadísticas mensuales del INE sugieren que durante el gobierno de Piñera se han creado 700.000 puestos de trabajo. Eso lo deja cerca de su promesa de crear 1 millón de empleos durante sus cuatro años en La Moneda. Pero la Casen sugiere que solo se han creado 420.000”.

La revista británica concluye que la lección de todo esto es que Chile necesita agrupar todas sus estadísticas en una agencia —sugieren un INE mejorado— que sea autónoma e independiente.

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