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China y el peligro de los bancos en la sombra


En una economía mundial sin muy buenas noticias, China ha sido otra vez fuente de un moderado optimismo gracias al crecimiento que ha experimentado en los dos últimos meses de la mano de un fuerte estímulo fiscal.

Entre los especialistas hay un intenso debate sobre si se trata de un crecimiento genuino o de un globo inflado por una masiva inversión estatal, fuente de futuras burbujas y crisis. Menos debatidos han sido los problemas que tiene un país de las dimensiones, población y complejidad de China para formular una estrategia que no tenga consecuencias no deseadas.

Los bancos en la sombra son un caso en cuestión. El gobierno chino fue criticado en la última década por permitir un sobrecalentamiento de la economía que multiplicaba los riesgos de especulación inmobiliaria y un aterrizaje forzado con bancarrotas, desempleo masivo y crisis.

En respuesta el gobierno chino ajustó las clavijas del sistema financiero en los últimos dos años sin anticipar –consecuencia no deseada- que crecería un sistema financiero en la sombra para reemplazar la falta de crédito bancario.

La doctora Hong Bo, especialista en finanzas de SOAS, la Escuela de Estudios Asiáticos y Africanos de la Universidad de Londres, le explicó a BBC Mundo los peligros inherentes en un sistema de estas características.

«Es un sistema que está creciendo a una velocidad descomunal y está mucho menos regulado. Muchos de sus productos financieros son extremadamente opacos. No los entienden ni los reguladores, ni los bancos ni los mismos clientes. Esto es un indudable riesgo», señaló Hong Bo.

El estallido financiero de 2008 estuvo precedido de una explosión similar de oscuros productos financieros que nadie comprendía. ¿Es esto lo que se viene en China?

¿Dónde está mi dinero?

El sistema bancario en la sombra en China es una mezcla de ilegal y legítimo, de usureros que aprovechan las necesidades de pequeñas empresas o particulares y de grandes compañías o fideicomisos o multimillonarios que quieren multiplicar su capital mediante inversiones ventajosas.

Según algunos cálculos el volumen total de este sistema en la sombra se encuentra entre un 24% y un 50% del Producto Interno Bruto (PIB) chino.

Si el volumen impresiona, el crecimiento es más asombroso aún. Los fideicomisos –principal componente del sector en la sombra- se han quintuplicado en los últimos cinco años.

Por el momento, el rol predominante de la banca estatal, que prácticamente monopoliza el sector financiero, limita el poder expansivo de una crisis.

«La opacidad de los productos es preocupante, pero en China los bancos están en manos del estado. Esto permitió neutralizar una crisis de dimensión global como la de 2008. Además los bancos chinos no son como los de Occidente que se involucran en actividades de seguros o en especulación. Se limitan por lo general a las actividades de una banca comercial, receptora de depósitos que presta al sector productivo», señaló a BBC Mundo Hong Bo.

Esta aparente mayor solidez del sistema financiero no lo vuelve totalmente impermeable a una crisis. En Wenzhou, sur de Shanghai, una compleja cadena de operaciones financieras, en su mayoría basada en tasas de interés usureras, terminó con una estrepitosa caída cuando, a raíz de la crisis económica mundial este año, cayeron las exportaciones y el precio de la propiedad afectando los balances de pequeñas empresas e inmobiliarias.

Disputas

Según el periódico británico Financial Times, los tribunales tienen más de 10.000 casos de disputas económicas, en su mayoría por cese de pagos de los préstamos. La prensa china está plagada de noticias de directores de fábrica que desaparecen del mapa y dejan detrás un reguero de deudas.

El escándalo de Wenzhou quedó limitado a una crisis regional sin repercusiones sistémicas porque la mayor parte de los préstamos eran de usureros locales.

Según los analistas financieros, el peligro sistémico viene por el lado del sector más dinámico de la banca en la sombra: los fideicomisos.

Estos fideicomisos están teniendo una relación cada vez más estrecha con el sistema bancario que opera como intermediario en la transacción entre inversores, prestamistas y clientes.

Según la agencia de calificación Fitch los bancos comerciales chinos han vendido casi US$2.000 millones en instrumentos financieros de fideicomisos (casi US$ 2.000 millones) ofreciendo en la mayoría de los casos una tasa de interés mucho mayor que la oficial.

¿Está la crisis a la vuelta de la esquina? Xiaolan Fu, académica de la Universidad de Oxford, autora de «China’s role in Global Economic Recovery«, le explicó a BBC Mundo que el próximo gobierno, que asume plenamente en marzo, tendrá que solucionar el tema de las posibles debilidades del aparato financiero.

«El sistema financiero chino debería poder absorber los problemas de la banca en la sombra y los de los préstamos inmobiliarios otorgados por la banca comercial. El nuevo gobierno deberá lidiar con estos temas. No es el tipo de incertidumbre que necesita la economía china o la mundial que ya está asediada por la crisis europea o el abismo fiscal estadounidense», le dijo a BBC Mundo.

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