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Reguladores estadounidenses quieren poner freno a los megabancos


Los máximos reguladores bancarios y los legisladores estadounidenses pugnan por una acción destinada a limitar el riesgo de que el gobierno termine nuevamente financiando el rescate de una o más de las entidades financieras más grandes del país.

Los funcionarios que encabezan el debate, entre éstos el gobernador de la Reserva Federal, Daniel Tarullo, el presidente de la Fed de Dallas, Richard Fisher y el senador Sherrod Brown, comparten la opinión de que la Ley Dodd-Frank de 2010 no logró reducir el crecimiento de los grandes bancos después de haber prometido en su preámbulo “poner fin al demasiado grande para quebrar”.

Las estrategias que se analizan van desde una legislación que limite el tamaño de los grandes bancos o los haga recaudar más capital hasta acciones reguladoras para desalentar las fusiones o requerir que las entidades financieras tengan niveles específicos de deuda a largo plazo para convertir en acciones en un quebranto.

La campaña para corregir la ley o elaborar nuevas normas está totalmente motivada en la idea de que Dodd-Frank no puso fin al ‘demasiado grande para quebrar, dijo Mark Calabria, director de estudios sobre regulación financiera en el Cato Institute de Washington y ex colaborador del senador Richard Shelby de Alabama cuando era el republicano con más tiempo de servicio en la Comisión de Bancos.

Tres de los cuatro bancos más grandes —JPMorgan Chase Co., Bank of America Corp. y Wells Fargo Co.— son más grandes en la actualidad que en 2007, lo cual eleva el riesgo de perjuicio económico si alguno tiene problemas.

La pérdida operativa de más de US$ 6.200 millones de JPMorgan en 2012 por una apuesta a derivados de crédito planteó nuevamente dudas acerca de la posibilidad de supervisar a las instituciones más grandes en tanto se han vuelto demasiado complejas.

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