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Opinión: Nuevamente… la demanda interna


Matías Madrid, economista jefe del Banco Penta

Hace un mes el comentario respecto al IMACEC se iniciaba de la misma forma. La cifra de actividad se ubicaba por sobre las expectativas de mercado y la explicación es la misma – el dinamismo de la demanda interna que genera que el consumo privado y los servicios asociados (sin presencia en los indicadores sectoriales) impulsan la cifra por sobre lo proyectado.

La variación del IMACEC del mes de Diciembre alcanzó un 4,7%, configurando un escenario de expansión del PIB en 2012 de 5,6%, que si bien representa una desaceleración respecto a los 2 últimos años es muy positiva considerando el entorno internacional. Sin embargo, es la segunda expansión del IMACEC más baja de todo el año pasado. Afortunadamente, esta cifra por debajo del 5% parece estar determinada por factores puntuales que afectaron principalmente a la industria (menor cantidad de días hábiles y alta base de comparación) y no correspondería a la velocidad de entrada de la economía hacia el año 2013, la cual estimamos en torno al 5%.
Proyectamos que 2013 debería nuevamente exhibir una desaceleración respecto del año anterior, pero algo más pronunciada.

El impulso que entregará el mercado laboral será definitivamente menor a lo observado en 2012. Esto impactará el consumo privado que convergería a niveles más coherentes con el aumento de los ingresos. De hecho, en caso que no se materialice esta menor expansión, los problemas de balanza de pagos generarían una reacción por parte del Banco Central, que subiría la Tasa de Política Monetaria e impactaría la demanda interna. En este sentido, en 2013 ya no es posible sostener un crecimiento de la demanda interna como el observado en los últimos 2 años, ya sea porque se convergerá “naturalmente” hacia un crecimiento en línea con los fundamentos o porque la autoridad monetaria deberá intervenir para evitar desequilibrios macroeconómicos que nos afectarán principalmente cuando entremos al desconocido terreno del retiro de las políticas expansivas no convencionales impulsadas por los principales Bancos Centrales del mundo.

Por lo tanto, el tema será la magnitud de la desaceleración. Proyectamos un crecimiento para 2013 en un rango entre 4,5% y 5%, en torno al crecimiento potencial. En particular nos ubicamos en la parte baja de este rango, principalmente por el menor desempeño que tendría el consumo de bienes durables y la inversión en maquinarias y equipos.

La buena noticia es que el balance de riesgos es alcista. El escenario internacional podría entregar un impulso mayor al proyectado, considerando las cifras recientes de China y Estados Unidos. Esto podría generar un crecimiento mayor el segundo semestre del año y permitir alcanzar una expansión del PIB del 5%. La incertidumbre viene por el lado del presupuesto fiscal, en que el año de elecciones presiona hacia un mayor gasto, pero el impacto de lo anterior sobre el tipo de cambio y la balanza de pagos puede ser relevante, lo que sugiere una extrema cautela en el uso de los recursos públicos.

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