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Crece presión para que el ‘todo lo que haga falta’ de Draghi se convierta en actos específicos


Para Mario Draghi, todo lo que haga falta podría significar más de lo mismo.

El presidente del Banco Central Europeo la semana pasada dijo que los funcionarios “están listos para actuar” para apuntalar la debilitada economía. Aunque analizaron bajar las tasas de interés y otorgar créditos bancarios a más largo plazo, no llegaron a un acuerdo, según tres funcionarios con conocimiento de las conversaciones. El Consejo de Gobierno no contempló la posibilidad de aumentar los préstamos a las compañías porque no está listo, revelaron los funcionarios a condición de que se mantuviera reserva de su nombre.

En contraposición a sus pares de los Estados Unidos y Japón, el BCE no ha dado ningún estímulo adicional desde que el año pasado anunció un programa de compra de bonos al que todavía no se ha recurrido. En momentos en que la economía de 17 países ingresa en su segundo año de recesión y el fallido rescate de Chipre del mes pasado renueva la preocupación de los inversores por la crisis de deuda de la región, el banco central está bajo creciente presión para fomentar el crecimiento.

“Han pasado siete meses desde que Draghi prometió hacer todo lo posible para salvar el euro, ¿y qué ha reportado eso?” preguntó David Madden, analista de IG de Londres, que brinda servicios de negociación a los clientes minoristas. “El desempleo está en un máximo récord de 12 por ciento y otro país más ha recibido rescate. Tarde o temprano los operadores van a querer hechos y no sólo palabras”.

Caen los rendimientos

Los rendimientos alemanes a diez años cayeron al nivel más bajo desde agosto luego de la reunión del BCE, bajando 4 puntos básicos a 1,25 por ciento. Descendieron a 1,24 por ciento a las 9 en Fráncfort. El costo de endeudamiento de Francia a diez años cayó 10 puntos básicos a 1,89 por ciento, el más bajo desde que Bloomberg comenzó a reunir datos de los títulos en 1990. El Índice Stoxx Europa 600 ayer perdió 1,1 por ciento, más que nunca desde el 26 de febrero.

El BCE mantuvo su tasa de referencia en 0,75 por ciento ayer, ya un mínimo récord, y dejó la tasa para depósitos en cero.

“Nuestra postura en materia de política monetaria seguirá siendo acomodaticia todo el tiempo que sea necesario”, declaró Draghi. “Evaluaremos todos los datos que lleguen en las próximas semanas y estamos prontos para actuar. Estamos estudiando tanto medidas estándar como no estándar”.

Las conjeturas de los inversores sobre las nuevas medidas de estímulo del BCE se centraron en un programa para promover el otorgamiento de créditos a las pequeñas y medianas empresas de los países golpeados por la crisis como Italia y España.

“El BCE podría dar más estímulo, posiblemente ya el mes que viene”, señaló Christian Schulz, economista de Berenberg Bank en Londres. “Pero no esperen demasiado. Draghi destacó las limitaciones del BCE. No puede recapitalizar a los bancos ni implementar reformas estructurales”.

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