Publicidad
La radiografía del retail, la industria que pasó de vender ropa a prestar plata

La radiografía del retail, la industria que pasó de vender ropa a prestar plata

Héctor Cárcamo
Por : Héctor Cárcamo Periodista El Mostrador Mercados
Ver Más


Las empresas de retail chilenas están arrasando con la industria en la región. A excepción de Brasil, donde sólo Cencosud se ha atrevido con inversiones relevantes, en Chile, Argentina, Perú y Colombia, las compañías locales han hecho apuestas importantes para expandirse y son protagonistas.

Sólo este año las multitiendas chilenas invertirán casi US$ 5.000 millones en expandirse —orgánicamente— y a través de compras.

Cencosud pagó US$ 2.6000 millones por Carrefour Colombia y planea invertir otros US$ 730 millones este año. Falabella destinará US$ US$ 890 millones como parte de un plan de invertir casi US$ 4.000 millones los próximos cinco años, Hites tiene en carpeta US$ 250 millones en tres años, Walmart Chile (dueño de D&S) tendría pensado desembolsar una cifra similar este año y AD Retail (ABC Din) acordó el pago de US$ 45 millones por Dijon. Suma y sigue.

Pero detrás de esos ambiciosos planes hay dificultades, especialmente en su negocio en Chile y sus estados financieros revelan particularidades llamativas.

Aunque hace dos años habían acordado con el Sernac la eliminación de cláusulas abusivas, y pese a que la autoridad las tiene en la mira por el nivel de intereses y comisiones que cobran, hace una semana el organismo nuevamente las puso en el banquillo. Esto, pues anunció una demanda colectiva contra tres de ellas —Hites, Corona y Dijon— por tener en sus contratos exactamente el tipo de cláusulas abusivas que deberían ser eliminadas y que les permitían hacer cobros ilegales de comisiones.

Asimismo, la autoridad anunció que iniciará una mediación colectiva con otras seis empresas, de las cuales cuatro son retail (ABC Din, Cencosud, Tricot y Fashion’s Park), por encontrar cláusulas parecidas, aunque en este caso no se tradujo en cobros ilegales.

El anuncio del Sernac golpeo fuerte en bolsa, donde los papeles del sector —que ya estaban bajo presión— se desplomaron. Al cierre de esta nota el sector había perdido gran parte del alza que tuvieron sus papeles en los primeros dos meses del año, cuando era el sector líder del IPSA.

Hites fue la más perjudicada. Al 8 de marzo se disparaba 52 %, pero desde entonces sus papeles se han ido en picada, perdiendo más del 90 % de las ganancias que habían acumuladas.

En todo caso, en la empresa indicaron que dado que aún no son notificados no pueden pronunciarse sobre el fondo de la demanda ni aventurar consecuencias, “pero insistimos en que no tenemos cláusulas abusivas y que todos nuestros contratos vigentes fueron revisados y visados por Sernac, y que Hites no cobra comisiones por evaluaciones ni por repactar deudas".

Según el BCI, el efecto de la demanda sería una reducción de 37 % en las ganancias de la mutitienda.

Los papeles de Cencosud, que el 5 de marzo alcanzó su peak con un 19 % de alza acumulada en el año, cayeron 12 % desde entonces. Ripley alcanzó un peak de 19 % al 25 de marzo pasado, pero desde entonces ha caído 7 %. Finalmente, Falabella sube en el año un 8,7 %, pero hace unas semanas su papeles registraban un alza de casi 16 %.

Bancos más que despensa

Los resultados financieros al cierre de 2012 han revelado que las antiguas tiendas especializadas en vender ropa, hoy no sólo han derivado en vender equipos electrónicos sino que se han transformado en empresas con una filial financiera que emite una tarjeta a través de la cual presta dinero, en forma directa o dando un crédito por cada compra de un producto.

Y ahí encontraron su mejor negocio. En parte, ha sido por ello que el superintendente de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF), Raphael Bergoeing, ha dicho que este sector debe ser regulado con más atribuciones y exigencias por la autoridad.

Aunque los chilenos tienen la experiencia con el retail de encontrar ropa y artículos electrónicos diversos agrupados en un mismo local, estas empresas obtienen sus mayores márgenes de ganancia con la tarjeta de crédito que en vender un plasma o una cartera.

El propio director del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Francisco Labbé, a propósito de la polémica por la medición de la evolución de los precios de productos como el vestuario y productos electrónicos, dijo que para las tres grandes multitiendas el negocio “ya no es la venta de ropa, sino el mercado financiero”

De hecho, las ganancias brutas que les deja el plástico superan largamente y a veces duplican lo que generan sus ventas en multitiendas, supermercados o tiendas para el mejoramiento de hogar.

Según los informes a diciembre de 2012, en Cencosud, la diferencia es sideral: el margen retail fue de 28 %, mientras que el margen financiero en el último trimestre del año fue de 66 % en Chile, 70 % en Argentina y, más en línea, 22 % en Perú.

Hites y Ripley confirman la tendencia. La primera tuvo márgenes (ingresos menos costo de venta) de su negocio de retail de 29,8 %, mientras que en el negocio financiero alcanzó el 57,9 %.

Ripley tuvo un margen en el negocio de retail de un 24,3 %; pero dado que en sus estados financieros no se encuentra detallado el margen de la tarjeta solo se puede presumir que es muy superior. Ello, pues el margen bruto total fue de 36,9 % en 2012, 12 puntos más.

Falabella rompe parcialmente la línea, ya que su margen bruto fue de 29 %, mientras que su margen financiero (CMR) fue de 34 %, sin marcar mucha distancia.

La rentabilidad del negocio del retail financiero está basado en el nivel de tasas y comisiones que cobran. Era un negocio redondo con poca supervisión hasta que explotó el escándalo de La Polar. Desde entonces las comisiones que cobran son observadas con lupa y las tasas que cobran están bajo amenaza por un proyecto de ley que busca rebajar el interés máximo que pueden cobrar (TMC).

“El modelo de negocio es dependiente de la tarjeta. Permite vender productos a márgenes de casi cero o muy bajos, porque la ganancia está en la tasa que se cobra con la tarjeta”, explica una alta fuente que conoce el negocio por detrás y por delante.

Para muchos de los actores de la industria sus utilidades dependen en lo que generan con ese negocio. Los ejemplos principales están en Hites, AD Retail (ABC Din) y Ripley.

En 2012 Hites obtuvo el 70 % de sus ganancias con la tarjeta (en 2011 de hecho, las ganancias provenientes del uso del plástico superaron las ganancias totales de la compañía, lo que implica que el negocio de retail generó pérdidas para la empresa).

AD Retail, no revela en sus estados financieros la participación que tuvo la tarjeta en sus ganancias finales, pero sí muestra el Ebitda generado por cada negocio. Y los números son claros: de los $ 18.886 millones que generó, un 70 % fue del negocio de créditos con la tarjeta.

Al igual que ABC Din, Ripley no desagrega la información de su margen financiero, aunque fuentes que conocen el negocio reconocen que al igual que otras compañías, el negocio de la tarjeta subsidia gran parte de la actividad de retail propiamente tal.

"La única forma que podemos vender un plasma a casi cero margen es porque sabemos que ganamos plata cuando el cliente la compra con crédito", es como lo explica.

Un experto de la industria dice que la falta de información en los balances de algunos de los retailers confirma que existe asimetría de información en la industria y eso impide conocer detalladamente el negocio.

De hecho, otro alto ejecutivo de la industria explica que es difícil ser certero en la estimación de lo que aporta en utilidades la tarjeta y el margen que se genera en cada negocio, pues existen costos que se cruzan entre ambas empresas, aunque ante la autoridad la información entregada parezca confiable.

“En Chile la regulación es gris en ciertas áreas y permite la repartición arbitraria de los gastos y costos. El sistema permite que sea muy manipulable (la información que se entrega)”, afirma un gerente de una empresa del sector.
 
Concretamente, si un cliente va a la tienda y compra $ un millón en productos y los paga con la tarjeta, es difícil determinar cómo se asigna el costo de esa venta (a la tarjeta o a la tienda misma).

Con todo, si bien en el caso de los dos grandes del sector, Cencosud y Falabella, la participación del plástico en las ganancias es más acotada, no es trivial. Deben un 26 % y un 28 % de sus utilidades netas a este segmento (incluyendo el banco en el caso de la firma de los Solari y Del Rio), respectivamente. De hecho, en 2011, las cifras fueron aún mayores (31 % y 33 %).

Pero la menor participación se explica también por la diversificación y tamaño de sus negocios, lo que se verifica al considerar la participación del negocio financiero en los ingresos ordinarios de la compañía.

En Cencosud, por ejemplo, los servicios financieros representaron sólo un 3 % del total (y vimos que éste aportó casi un tercio de los resultados), mientras que en Falabella los ingresos de negocio financiero (incluyendo al banco) representaron apenas un 10,8 % de total (y el aporte a las utilidades fue 33 %).

En el mercado no es bien visto que los retailers dependan tanto de la tarjeta para ganar plata. La sombra de La Polar —que estaba profundamente afincada en su plástico— significó una lección. Por ello, algunas firmas buscan mejorar los márgenes de su negocio de retail, para poner los huevos en distintas canastas.

Así lo ha hecho, por ejemplo, Hites. En el último trimestre de 2012, de hecho, alcanzaron el mejor margen de retail de los últimos años (29,8 %), lo que lo ubicó en la parte superior del ranking del sector, superando incluso a Cencosud (28,4 %) y Ripley (24,3 %).

El problema es que —considerando el benchmark de la competencia— no le resta mucho por crecer en ese indicador, aunque buscarán seguir mejorando con la apuesta de duplicar el número de tiendas en tres años.

Morosidad, provisiones y varios

Una de las causas por las que la SBIF quiere ampliar su perímetro de vigilancia sobre el retail es para asegurarse de que tenga el capital necesario para cubrir sus compromisos. De hecho, la normativa que trabaja con el Banco Central podría llevar a que se hagan exigencias de provisiones similares a los bancos para cubrir los potenciales incumplimientos de pago de sus clientes.

Y al revisar las cifras de fines de 2012 algunos números llaman la atención. El diario Pulso, el 20 de marzo pasado, reveló que Falabella —rey del negocio crediticio en el mundo no bancario— vio dispararse sus niveles de morosidad en 2012, pasando de 10,6 % de su cartera de créditos a fines de 2011 a 13,1 % a diciembre de 2012.

Lo que no dijo el artículo —aunque incluyó los datos en un recuadro— fue que Falabella tenía provisionado al cierre de 2012 sólo un 4,4 % de su cartera total de créditos, muy por debajo del más de 12 % de Ripley e Hites y del 6,9 % de Cencosud.

La empresa que preside Juan Cúneo, además, tiene provisionado sólo un 13,8 % de su cartera repactada, lejos de Cencosud (20,9 %), Hites (27,6 %) y Ripley (29,05 %). Y nuevamente, también bajo los niveles de provisiones de la cartera no repactada de la industria: Falabella (3,86 %) frente a Hites (7,81 %), Cencosud (5,8 %)y Ripley (7,81 %).

La situación la hace más explícita su competencia, Ripley, en una presentación de sus estados financieros del 2012 hecha en marzo pasado. En ella, la firma de los Calderón presentó un cuadro donde revela que Falabella sólo provisiona el 0,8 % de sus créditos al día, lejos del 8,5 % que cubre Ripley, aunque más cercano al 1,2 % de Presto (Walmart), 1,7 % de Cencosud y 2,7 % de Hites.

Fuentes cercanas a Falabella, sin embargo, advierten que las cifras de la SBIF no reflejan la realidad con precisión, porque los modelos de definición de los morosos de la empresa son más conservadores y porque el nivel de rotación de sus créditos no supera los seis meses. A consecuencia de ello, agregan las fuentes, las provisiones son menores que el resto.

Además, indican que el segmento de clientes en que opera Falabella es de mayor ingreso promedio que el resto de las empresas, lo que deriva en un menor riesgo y sería esto lo que explica que tengan menor nivel de provisiones para sus clientes al día.

En 2012, Falabella vio una caída de 12,3 % de sus utilidades, aunque aseguró que la baja debió ser sólo de 3,7 %, de no haber sido por el efecto de los dineros que asegura, se apropió indebidamente el grupo Cruzat (Miscuentas.com) y del efecto negativo que tuvo en sus balances el alza de 18,5 % a 20 % del impuesto a la renta aprobado el año pasado.

La compañía eso sí, no ha provisionado en sus libros el impacto que puede tener la causa judicial en la que está envuelta con el Servicio de Impuestos Internos (SII), que le liquidó (cobró) más de US$ 100 millones en impuesto que la entidad considera que no debió descontar de gastos por créditos que Falabella declaró vencidos, medida que a juicio del Servicio, no correspondía pues no realizó todas las acciones tendientes a recuperar los dineros impagos antes de castigarlos.

AD Retail, de las familias Yaconi y Santa Cruz, en todo caso, enfrenta la misma disputa con el SII, pero en su estado financiero no entregó ningún detalle de las cifras que están en disputa. La compañía declinó referirise a las materias consultadas, remitiéndose a su información oficial.

Pese a todo, las AFP —que manejan los fondos de pensiones de los trabajadores que ahorran para jubilarse— han apostado por el sector. A febrero de 2013 tienen invertido casi un 3 % de los fondos en acciones y bonos de estas empresas, unos US$ 5.000 millones.

Y hasta ahora en 2013 sigue siendo un negocio con rentabilidad positiva, pero cada vez menos, dado el retroceso que han tenido los papeles en las últimas semanas. El tiempo dirá si la apuesta de las gestoras privadas fue acertada y si su galopante expansión en la región está bien cubierta de cualquier riesgo.

Publicidad

Tendencias