Los argentinos están gastando más pesos que nunca para echar mano a los bonos del Estado denominados en dólares en un intento de eludir restricciones cambiarias para poder escapar de la moneda con el peor desempeño en el mundo.
Los pagarés con vencimiento en septiembre de 2013 se vendieron ayer a 100,3 por ciento el valor del dólar en los Estados Unidos y 900,2 pesos localmente, lo cual implica un tipo de cambio de 8,98 pesos por dólar después de tocar un récord de 9,14 pesos la semana pasada. Dicho cambio indica que el tipo oficial de 5,17 pesos por dólar del gobierno, que los argentinos sólo pueden utilizar para vender dólares a nivel local, sobrevalúa la moneda un 74 por ciento aun después de una caída de 17 por ciento en el último año.
Los inversores locales están pagando recargos récord en el mercado de bonos para obtener activos en dólares en tanto la presidenta Cristina Fernández de Kirchner amplía las limitaciones cambiarias y la inflación estimada en 25 por ciento erosiona sus ahorros. La demanda de deuda, que los argentinos pueden vender en el exterior en dólares, es actualmente tan alta que los rendimientos de los bonos 2013 al tipo oficial han pasado a ser negativos. Los mismos pagarés en el exterior rinden 8,3 por ciento, en tanto la deuda de mercados emergentes rinde 4,7 por ciento.
“Las empresas y los inversores están comprando dólares a través del contado con liquidación y reciben el dinero en el exterior al costo que sea”, dijo Aldo Pignanelli, ex presidente del banco central que actualmente dirige la empresa de investigación con sede en Buenos Aires Saver. “Nos encontramos en una etapa en la cual el miedo está superando la codicia”.
La inflación se acelera después de que el banco central aumentó un 36 por ciento la cantidad de pesos en circulación en el último año y el gobierno tuvo su mayor déficit fiscal desde 2001, lo que llevó a los ahorristas a abandonar la moneda local, dijo.
La demanda de dólares hizo debilitar el poder adquisitivo del peso en el contado con liquidación un 23 por ciento este año, según el índice Bloomberg que calcula la diferencia en precio de las ocho acciones más negociadas de Argentina, que incluyen a Tenaris SA e YPF SA y sus certificados de depósitos de valores en instituciones financieras estadounidenses.
El deterioro es comparable a una caída del peso oficial hasta 5,1744 por dólar, en tanto el banco central del país compra y vende dólares diariamente para controlar el nivel de depreciación. La diferencia entre los dos tipos es la mayor registrada hasta el momento.
Los inversores quieren bonos del Estado argentino en dólares con los vencimientos más breves para obtener acceso a una moneda fuerte, escribió Vladimir Werning, economista de JPMorgan Chase Co., en un informe a sus clientes fechado el 8 de abril.
“En el contexto de los controles de capitales y la falta de nueva emisión por parte del gobierno la oferta local de los residentes por el billete de dólar estadounidense de curso legal puede mantenerse”, escribió.
El rendimiento extra que demandan los inversores por tener bonos argentinos en vez de bonos del Tesoro estadounidense se mantuvo sin modificaciones en 1.212 puntos básicos ayer, según el índice EMBI Global de JPMorgan.
