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Los fondos conservadores ganan la batalla al A y el B por el manejo de los US$ 170.000 millones de las AFP


Que las AFP enfrentan duros cambios en el último tiempo no hay dudas. Y esto no es sólo por las propuestas de candidatos a las presidenciales que pudieran modificar su modelo de negocios desde 1981.

La crisis subprime golpeó las rentabilidades de los fondos más riesgosos, A y B, en 2008 y hasta ahora no han podido revertir las cifras de ganancias. Esto hizo que la confianza de los afiliados comenzara a caer, prácticamente congelando el número de afiliados que opta por dichos fondos y por el contrario, disparó los ahorristas que se van a los conservadores, D y E.

La situación anterior derivó en que la participación de los fondos A y B en el total de activos que manejan del sistema se redujera en forma relevante y en paralelo, los fondos D y E ganaran participación a pasos agigantados.

A abril de 2013, según información de la Superintendencia de Pensiones, los fondos A y B manejaban un 34,4% del total de dineros que hay en las AFP. Hace un año era el 37,5%, casi dos puntos menos.  En tanto, los Fondos D y E, pasaron de representar el 22,2% de los fondos totales al  26,9% en el mismo lapso.

De esta forma, la diferencia entre el par de fondos riesgosos respecto de los dos conservadores fue de 7,5 puntos de mercado a abril pasado; hace un año la distancia era de más de 15 puntos. Es decir, en un año, el D y el E redujeron a la mitad la brecha de importancia en gestión de dineros del sistema.

El último año

Los Fondos A y B manejaban al cierre de abril pasado US$ 58.569 millones, un año atrás eran US$ 57.730 millones; es decir, subieron US$ 839 millones. En el mismo periodo, el total de fondos del sistema de pensiones subió en US$ 16.274 millones desde US$ 153.807 millones a US$ 170.081 millones.

El dólar de abril de 2012 fue $ 483,41 y el de abril de este año fue $ 471,54, lo que explica parte del alza pues con menos pesos suma más dólares.

Frente a la realidad de estos fondos riesgosos que, como muestran las cifras, crecieron marginalmente en valor (US$ 839 millones), los fondos conservadores tiraron la casa por la venta. Los Fondos D y E manejaban a abril de 2012 US$ 34.160 millones y un año después gestiona US$ 45.724 millones; es decir, crecieron US$ 11.564 millones o 14 veces más (en términos absolutos no en términos porcentuales) que los fondos riesgosos.

La variación de los distintos fondos en cuanto a la cantidad de dinero que manejan y el peso en el total de la torta se explica por dos motivos, explica Gino Lorenzini, CEO y creador de Felices y Forrados (FyF): por un lado, la rentabilidad obtenida por la gestión de las AFP y las variaciones de mercado; por otro, el cambio que han hecho los afiliados desde los fondos riesgosos a los conservadores buscando protegerse de las variaciones que han tenido los mercados, local e internacional.

Esto, porque los Fondos A y B puede invertir hasta un 80% y 60% respectivamente en renta variable (acciones), mientras que los multifondos D y E, sólo pueden poner en acciones hasta un 20% y 5% del total de sus recursos a cargo, respectivamente, destinando el resto a instrumentos de inversión de menor riesgo, como deuda de gobierno, bancos o grandes empresas, que tienen menores posibilidades de no ser pagadas y por lo tanto, aunque dejan menos ganancias también tienen menor volatilidad en su desempeño (no varían tanto).

¿Y qué pasó con la rentabilidad de ambos grupos de fondos en el último año? El A y el B, según la superintendencia, rentaron un 3,54% y 2,77% respectivamente. Los fondos D y E, en tanto, ganaron 4,23% 4,42%, respectivamente. Todas cifras reales, es decir, considerando la inflación (UF) del período.

Eso también se refleja en los movimientos de afiliados. Entre febrero de 2012 y febrero de 2013, los fondos A y B vieron alzas en el número de afilados de 0,11% y 4,04%, respectivamente, mientras que los fondos D y E registraron aumentos de cotizantes de 7,28% y 35,16%, respectivamente. Probablemente, entre marzo y abril pasado esta situación se haya intensificado.

Aunque como se aprecia, el Fondo E tiene un número mucho menor de afiliados, se trata de personas que en general están en una edad más cercana a jubilar y por ende, tienen más recursos acumulados por lo que al cambiarse provocan un alza mucho mayor del volumen de fondos donde dirigen sus dineros.
Cinco años

Lorenzini dice que el cambio de un fondo a otro se ha dado en forma importante por la asesoría que están prestando a un grupos de afiliados, recomendándole traspasar sus recursos cada vez que consideran que corren riesgo sus dineros en el fondo en que están.
Además, dice el creador de FyF (nacida en enero de 2012 y que según sus cifras su sitio web hoy recibe 160 mil visitas mensuales), las personas aprendieron en los últimos años, sobre todo después de la crisis subprime, que deben ser cuidadosos con sus platas y ser activos en tomar decisiones de inversión.

Algo que no gusta a los expertos, que han señalado reiteradamente que las personas no deben tratar de “ganarle” al mercado; es decir, mover sus platas según cómo vean que están comportándose las bolsas en Chile y el mundo. Justamente, lo que hace FyF, firma que cada día gana más adeptos.

El aumento en la importancia de los fondos D y E no es propio sólo del último año. Desde 2008 -año en que los fondos del A cayeron más de un 40% y los del B un poco más de 30%- el fenómeno de baja rentabilidad de estos dos multifondos y el cambio de afiliados a los más conservadores ha sido una constante.

Según FyF, En los últimos cinco años (entre el 8 de mayo de 2008 y el 7 de mayo de 2013), el Fondo A ha rentado un 12,7% nominal (sin descontar la inflación) y el B un 22%; es decir, si se promedia en forma anual (dividir el número por 5) y se corrige por UF, ambos multifondos –sobre todo el A- casi no han generado ganancias a sus afiliados o incluso ha generado pérdidas.
Por el contrario, el D acumula un alza de 35,5% y el E un 40,5%, es decir, quienes mantuvieron sus dineros en el E en estos cinco años obtuvieron un retorno más de 4 veces superior a los que apostaron por el A.

Esto explica una serie de consecuencias.

El Fondo A vio crecer su masa de afiliados en un 13,6% desde febrero de 2008 a febrero de 2013, mientras que el B registró un crecimiento de 9,27%. Al frente, la situación es radicalmente distinta: el Fondo D elevó su número de afiliados en un 41,6% y el gran ganador, el E, vio una subida de 386,9%, es decir, quintuplicó la cifra, pasando de 54.944 afiliados en febrero de 2008 a 267.545 en el mismo mes de 2013.

Por cierto, en abril de 2008 los Fondos A y B manejaban el 44,7% de los dineros del sistema, cifra que, como se indicó, hoy es de 34,4%. Los Fondos D y E, por el contrario, que hoy tienen el 26,9% del total de dineros, hace cinco años gestionaban el 12,9%, dos tercios menos.

Otros números que reflejan el cambio: En febrero de 2008 los Fondos A y B manejaban US$ 53.419 millones. Los Fondos D y E tenían US$ 15.353 millones. El total de fondos del sistema en ese momento era de US$ 119.433 millones y el valor del dólar al 30 de abril de ese año era $ 459.

Entre febrero y abril de 2008, es necesario decirlo, las señales de la crisis recién comenzaban a sentirse con fuerza. Desde ese momento las caídas en los mercados internacionales comienzan a ser más violentas y alcanzan su peak en octubre de 2008 cuando el Fondo A, por ejemplo, pierde, sólo ese mes un 20% de sus fondos. Pero esa es otra historia.

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