«Está claro que hay una desaceleración en curso», dijo hoy el ministro chileno de Hacienda, Felipe Larraín, en un encuentro con corresponsales extranjeros, al ser preguntado por el menor crecimiento de la actividad económica en los últimos meses.
«Todas las mediciones del IPC (índice de precios al consumidor) están mostrando una inflación baja y a la vez una economía que se desacelera. Ha habido una moderación importante de la demanda interna», reconoció el titular de Hacienda.
«Esto configura un escenario distinto al que teníamos algunos y esto es algo que las autoridades monetarias están evaluando», añadió el ministro al ser preguntado por la adopción de medidas de estimulo monetario o eventuales bajadas de la tasa de interés por parte del Banco Central.
El pasado marzo, la actividad en Chile creció un 3,1 % interanual, muy por debajo de las expectativas, que se encumbraban hasta el 4,8 %, según informó la semana pasada el instituto emisor, mientras que en febrero la expansión fue del 3,8 %, tras haberse registrado en enero un crecimiento del 6,7 %.
Larraín subrayó que el IPC está por debajo de la meta anual, que es del 3 %, e incluso por debajo de la inflación subyacente o de tendencia, que excluye alimentos perecederos, combustibles y servicios regulados.
Tras precisar que el crecimiento previsto para este año sigue siendo del 5 %, puntualizó que «la desaceleración es moderada» y argumento que en la menor actividad económica de marzo influyó el hecho de que ese mes hubo más festivos y, sobre todo, el paro registrado en los principales puertos del país.
Además, el ministro consideró que los anuncios hechos por «la mayoría de los candidatos presidenciales de la oposición en materia tributaria indudablemente tienen un efecto sobre la economía hoy».
«Si uno anuncia un ‘paquetazo’ tributario de entre 5.000 y 8.500 millones de dólares de recaudación tributaria, cobrar impuestos no es neutro, desde el punto de vista de la actividad económica», señaló.
Posteriormente, el titular de Hacienda aclaró que entre los candidatos que hacen estos anuncios figura la exmandataria Michelle Bachelet, favorita en las encuestas, pero no el que fue su ministro de Hacienda, Andrés Velasco, quien también aspira a la Presidencia en los comicios de noviembre próximo.
«Los que creen que tienen que recurrir a aumentos de impuestos para recaudar tienen enormes dudas sobre su capacidad para hacer crecer la economía», sostuvo.
Larraín destacó que en los tres años que lleva el Gobierno de Sebastián Piñera hubo una notable reducción de la desigualdad, el principal problema del país, según coinciden en sus mítines y comparecencias públicas todos los aspirantes a la Presidencia.
«Lo que pasa, es que algunos son mejores para hablar de desigualdad y otros somos mejores para reducirla», añadió.
«En el discurso público -dijo-, algunos candidatos que se llenan la boca con la desigualdad no se hacen cargo de que no lograron reducirla (cuando estaban en el Gobierno), sino que al contrario, aumentó».
El ministro Larraín advirtió del riesgo de caer en políticas populistas que lleven a Chile a la llamada «trampa del ingreso medio», que históricamente ha afectado a países que estaban cerca de alcanzar el desarrollo, pero no lo lograron porque se apresuraron a repartir unos beneficios económicos que aún no estaban consolidados.
«Si nuestro país siguiera creciendo en torno al 6 %, podríamos llegar al desarrollo en el año 2016; si crecemos al 1 %, nos vamos a tener que esperar a 2030. Así que aquí todos van a poder escoger el modelo, si les gustaría esperar más o les gustaría esperar menos», comentó en alusión a las elecciones de noviembre.
Tras destacar que «Chile está llegando a las puertas del desarrollo», el titular de Hacienda subrayó que será el primer país de América Latina que suprimirá en un plazo de tres años todos los aranceles a los 49 países considerados más vulnerables por las Naciones Unidas.
Respecto al cuestionamiento de las cifras que entrega el Instituto Nacional de Estadística (INE) acerca del IPC, el ministro dijo que le parece una «discusión exagerada», no así las sospechas sobre la fiabilidad del reciente censo de población 2012, cuyos errores le costaron el puesto a su director, Francisco Labbé
