En una extensa entrevista en Tolerancia Cero, el Presidente Sebastián Piñera hizo una férrea defensa de su gobierno, en particular de los logros económicos.
Reiteró los datos duros que muestran una economía creciendo un promedio de 5,8 %, más de 800 mil empleos creados y salarios reales aumentando 10 puntos por sobre la inflación.
"No es casualidad que Chile sea el país con más crecimiento de los de la OCDE", advirtiendo que no da lo mismo quien gane las próximas elecciones. "Podemos desviarnos del camino. Mi llamado es a cuidar Chile, a actuar con responsabilidad. La libertad significa derechos pero también responsabilidad", agregando que “no me da lo mismo quien será el próximo presidente de Chile, una idea representa el seguir haciendo las cosas bien y la otra es estancarse”.
Hizo especial hincapié en destacar que fue su gobierno, uno de centro derecha, el que finalmente se puso duro con los empresarios y los abusos al consumidor. Criticó a la banca, sugiriendo que han arrastrado los pies en adaptarse al nuevo clima regulatorio. "No hemos logrado incorporar a la industria bancaria al sello Sernac", lamentó.
El Presidente también tuvo duras palabras contra la concentración económica en el país y destacó los esfuerzos que ha hecho su gobierno para combatirla, especialmente con la nueva agresividad que ha tenido la Fiscalía Nacional Económica. Pero como muchas cosas, las críticas a la concentración venían con letra chica: "Por supuesto que me preocupa la concentración", aunque luego agregó que "en países chicos como Chile, no hay espacio para muchas empresas con 'espaldas' que sean competitivas".
Entre las curiosidades de la entrevista está su revelación de que, a veces, llama por teléfono a empresarios para pedirles "cosas que beneficien al país". Afirmó que, a su juicio, "todas las dictaduras son malas. Las del proletariado y la del mercado" y no dejó dudas acerca de lo que piensa de la decisión de la Concertación de aceptar el apoyo del PC: "El Partido Comunista no ha hecho nunca una contribución positiva en el mundo".
Piñera aprovechó la ocasión para confirmar que se viene una nueva reforma a las pensiones. "Necesitamos una nueva reforma previsional. La de Bachelet del 2008 fue buena, pero tocó a un porcentaje muy pequeño de los chilenos".
Explicó que "para asegurar a todos que tendrán mejores pensiones se van a necesitar políticas duras, como aumentar la cotización y la edad de jubilación. Además hay que bajar los costos de operación del sistema y aumentar la rentabilidad de los fondos. Todo significaría una mejora sustancial".
También tocó el tema energético y aseguró que no habrá racionamiento eléctrico "porque tenemos los instrumentos para asegurar que tendremos energía en el mediano plazo".
"Hemos aprobado más proyectos y construido más que el gobierno anterior para poner una base de comparación. Si se construyen (dichos proyectos) tendríamos asegurada la energía por los próximos 10 años", explicó.
Sobre las críticas, el Presidente dijo que “hoy día algunos pretenden que todo está mal, que hay que hacer una nueva Constitución partiendo de cero, que hay que cambiar radicalmente el modelo de desarrollo, pero no proponen el modelo alternativo, y lo cierto es que esos modelos ya los conocemos, incluso en algunos países de América Latina, y empiezan a debilitar la democracia, a debilitar las libertades”.
Reiteró su oposición a una educación gratis para todo y fue claro en su argumento. "Cuando los estudiantes piden que no haya educación privada subvencionada, no estamos de acuerdo con eso. Creemos en una sociedad docente. ¿Por qué no permitir a la sociedad civil que colaboren en la educación?".
"Creemos que una institución, de cualquier nivel, con ganancia o sin ganancia, que no da educación de calidad debe desaparecer y una institución pública o privada que entrega educación de calidad tiene derecho a subsistir".
Durante la entrevista le preguntaron acerca de sus planes después de que termine su gobierno y Piñera no descartó imitar a Michelle Bachelet y tratar de volver a La Moneda en 2018.
