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Crisis brasileña hace tambalear a Batista y salpica a matriz de Celfin


La crisis brasileña no sólo puso al gobierno de Dilma Rousseff en las cuerdas, sino que también hace tambalear al imperio del magnate brasileño Eike Batista.

Rouseff busca una salida política con un llamado a plebiscito para llevar a cabo una reforma política en el país. Para Batista, el panorama se ve cada vez más negro y amenaza con salpicar a la matriz de Celfin, BTG Pactual.

El banco, junto a Itaú, está entre los que le habrían prestado US$ 5.000 millones a varias de las empresas de Batista y que él tendría problemas para poder pagar.

The Wall Street Journal informó ayer que Batista logró prorrogar un pago al banco de inversión Itaú BBVA. Representantes de la entidad declinaron ofrecer comentarios.

De acuerdo a Bloomberg, su holding energético, minero y de carga está casi en la ruina. No solo por la crisis económica que golpea al país, sino que también por el cambio en la actitud de los inversionistas frente a los mercados emergentes y commodities.

El valor de sus empresas se ha derrumbado, a pesar de sus esfuerzos de recaudar capital mediante la venta de participaciones en sus empresas a nuevos socios.

El magnate ya salió de la lista de los más ricos de la revista Forbes y en mayo se vio obligado a vender un porcentaje de sus acciones de OGX, su empresa petrolera insignia, lo que el mercado interpretó como una señal de que a Batista le urge el efectivo.

Al cierre de la bolsa ayer, las acciones de OGX habían perdido el 90 % de su valor en 12 meses.

El WSJ reporta que la ventas de acciones de Batista ha minado su credibilidad entre los inversionistas, ya que existe un acuerdo separado de larga data que indica que Batista compraría unos US$ 1.000 millones en acciones de OGX al mayor precio de 6,30 reales por acción si la empresa los necesita.

El diario norteamericano dice que los inversionistas ahora ponen en duda la habilidad y disposición de realizar la operación.

El mes pasado Fitch Ratings rebajó los bonos de OGX, señalando que "la indisponibilidad de tales fondos pondría mayor presión a la habilidad de OGX de continuar operando".

También está en problemas MMX, su brazo minero. Ayer se supo que contrató asesores financieros para "evaluar oportunidades de negocios", incluyendo la posible venta de activos o acciones actualmente en poder de Batista.

Analistas estiman que el problema para el empresario es que el escenario para los mercados emergentes en general y Brasil en particular está muy complicado, tanto que le será difícil encontrar financiamiento para poder salir de la crisis.

Sumen a eso el clima político tóxico que se respira en el país y el cuadro no es muy positivo.

"Al menos en el corto plazo, las protestas no contribuyen a aumentar la confianza en la economía brasileña que ya había sufrido de una crisis de credibilidad por la reciente desaceleración y por un escenario externo desfavorable", aseguró a la BBC Wilber Colmerauer, director de la consultora londinense Emerging Markets Investments.

Alberto Ramos, economista de Goldman Sachs, envió un informe a sus clientes ayer en que dice que el gobierno de Rousseff tiene un desafío no menor por delante para responder a las demandas de la calle y al mismo tiempo tratar de preservar la disciplina fiscal necesario para ayudar al Banco Central a contener la inflación y evitar que le recorten su nota crediticia.

Goldman dice que los recientes eventos han introducido ruido e incertidumbre a la estabilidad social y política, pero no descarta del todo los beneficios de una Asamblea Constituyente: "Si se canalizan adecuadamente, las demandas del público y la presión para más eficiencia y transparencia en el gasto público, junto a una mayor fiscalización de los políticos electos y una mejora en los servicios públicos, podría resultar a una distribución de recursos más eficiente, aunque ese resultado no está garantizado", aunque advierte que "la creación de una Asamblea Constituyente para lograr reformas políticas profundas podrían añadirle otro elemento de incertidumbre a la situación".

Se anticipa que a corto plazo las tensiones sociales podrían contribuir a una salida de capitales y a un real más débil.

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