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Retorno de «Evita» señala fracaso de lucha contra inflación en Argentina


Los intentos de la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner por frenar la inflación se ven debilitados por los aumentos en el gasto previos a las elecciones de mitad de mandato en octubre.

La masa monetaria, medida por el indicador M2 que incluye el efectivo en manos de la gente y los pesos en cuentas corrientes, creció 36,6 por ciento en el último año, el nivel más alto en al menos seis años. La desconfianza con respecto a los datos oficiales, según los cuales los precios al consumidor subieron 10,5 por ciento en junio, ha alejado a los inversores de los bonos del país atados a la inflación, que perdieron 8,1 por ciento este año, en comparación con caídas de 2,7 por ciento en Chile y 3,9 por ciento en México. Los economistas privados estiman la tasa en 23,8 por ciento.

El gobierno comenzó a reforzar el gasto en abril para pagar los aumentos de los planes sociales destinados a familias pobres y las obras públicas. Está emitiendo una nueva serie de billetes de 100 pesos, la denominación más alta, con la imagen de la ex primera dama Evita Perón en el anverso. Fernández está prometiendo aumentar casi al doble el gasto social antes de las elecciones legislativas de octubre.

“La raíz del problema de la inflación es fiscal”, dijo Maximiliano Castillo, ex gerente del banco central que dirige ACM Consultores en Buenos Aires. “El banco debería cerrar el grifo porque es como un perro tratando de morderse la cola”.

Rendimientos de los bonos

El gobierno, marginado de los mercados de crédito internacionales desde la cesación de pagos del país en 2001, utiliza las reservas del banco central para pagar deuda internacional y financia el gasto con préstamos de entidades públicas como el banco central, el organismo de jubilaciones y pensiones y la lotería nacional.

El banco central dijo el 12 de julio que la expansión monetaria se explica principalmente por un aumento de los créditos. Un funcionario del banco que no está autorizado a hablar públicamente dijo que la expansión está estimulando el crecimiento económico.

Los costos de endeudamiento externo de Argentina siguen siendo los más altos entre los países de mercados emergentes monitoreados por los índices de JPMorgan Chase

Co., a una media de 11,88 puntos porcentuales por encima de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense. La brecha se redujo seis puntos básicos el 12 de julio. La deuda de mercados emergentes rinde un promedio de 3,31 puntos porcentuales más que los bonos del Tesoro estadounidense, según el Índice EMBI Global Diversificado de JPMorgan.

El peso cayó 9,4 por ciento este año, teniendo el peor desempeño entre las monedas de 24 países en desarrollo monitoreadas por Bloomberg después del real de Brasil y el rand de Sudáfrica, hasta 5,4253 por dólar. El peso en los mercados no regulados se desplomó 16,8 por ciento hasta 8,35, según el diario Ámbito Financiero.

El gobierno limitó los aumentos de salarios hasta alrededor de 24 por ciento y está controlando el nivel de devaluación del peso, lo cual significa que este año la inflación no necesariamente aumentará, dijo Marina Dal Poggetto, economista en Estudio Bein Asociados en Buenos Aires.

“La inflación tiene dos componentes –el tipo de cambio y los aumentos de salarios- de modo que en tanto el gobierno controle ambos, la inflación no se acelerará”, dijo Dal Poggetto en una entrevista telefónica. “El salto en la base monetaria suma más presión futura sobre el tipo de cambio”.

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