Publicidad

Opinión: Del Affaire Enersis al Caso Cascadas


¿Cuándo dejamos de impactarnos con los La Polar, Chispas, Inverlink, Eurolatina, Cascadas? Tiendo a creer –quiero que así sea– que en Chile no estamos curados de espanto con escándalos financieros como los que –con mayor o menos impacto en los mercados– nos han remecido en los últimos años; que siempre habrá espacios para rabiar y sonrojarnos en una próxima y nunca deseada oportunidad y para debatir qué nuevas medidas tomar para que no vuelva a ocurrir. Pero nos están faltando señales más contundentes que confirmen que no nos da lo mismo.

Desde la Bolsa de Comercio se ha sugerido que una Comisión ad hoc puede contribuir al Comité de Buenas Prácticas que actualmente estudia el caso Cascadas. Una afirmación que parece pasar por alto que hace muy pocos meses tres directores de la institución se vieron involucrados en algunas de las peores prácticas de gobierno corporativo registradas recientemente en nuestro país: el aumento de capital de Enersis. Recordemos que el directorio de dicha empresa –incluyendo  a dos de los tres destacados miembros de la Comisión ad hoc de la Bolsa de Comercio– no defendió los intereses de la compañía, sino que se plegó a los deseos del controlador que, como mostraron fehacientemente los hechos posteriores, perjudicaban gravemente a los accionistas minoritarios. Finalmente la operación sólo pudo ser frustrada gracias al inquebrantable coraje, honorabilidad y entereza del único director independiente que detuvo una importante expropiación de valor. 

Digámoslo claramente: esto le hace mal a la empresa privada, al sector empresarial y al mercado en su conjunto. De hecho, lo que llama la atención es la falta de pudor en el proceder, tan lejana de la austeridad, modestia y bajo perfil que han caracterizado a las empresas más tradicionales en Chile. ¿Es que ahora se juega el "todo vale"? ¿O es simplemente que el sector financiero nacional modela su comportamiento en las peores prácticas de Wall Street que condujeron a la Gran Crisis Financiera? Cuesta creerlo e incluso sobrecoge pensar que son este tipo de actitudes las que parecen dar la razón a "la calle" frente a su profunda desconfianza en los líderes empresariales y a la necesidad de reformar el modelo. 

Muchos seguimos esperando a quienes demuestren con hechos, con coherencia e integridad su adhesión a los ideales del proceso capitalista –en el que porfiadamente seguimos confiando primen la creatividad, la competencia franca y directa y, sobre todo, las conductas honestas y transparentes–. 

Chile cuenta con una credibilidad, confianza y una estructura bursátil respetable ante los ojos del mundo. No podemos descuidar nuestro prestigio y por eso debemos vigilar con celo el actuar de los gobiernos corporativos y del mercado de valores. Es lo que corresponde y se merecen las empresas de nuestro país, en su gran mayoría honestas y fuente permanente de desarrollo económico y social. 

La empresa privada –y en particular la empresa familiar, que conozco bien– está a años luz de los especuladores bursátiles y de los directivos "for rent", que poco tienen que ver con los  emprendedores fundacionales y que sólo parecen reflejar la decadencia de quienes prefieren vivir de las influencias, en vez de cultivar el espíritu de libre empresa que Chile se merece, y que los tiempos actuales nos exigen.

Sólo nos está faltando esa señal desde las asociaciones gremiales y de parte de los líderes empresariales, una voz vehemente, que condene abierta y decididamente estas prácticas, por mucho que cueste salir a dar la cara. Es mejor ponerse colorado una vez que cien rosado.

Gonzalo Jiménez Seminario
Presidente de Proteus Management Consulting

Publicidad

Tendencias