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Todos a la espera de que Andrés Zaldívar dispare sus balas contra la Reforma Tributaria


Las piezas en el Senado se mueven con cautela. Casi todos están a la espera de que el senador Andrés Zaldívar “dispare” en los próximos días, mientras tanto las declaraciones de sus pares son más de “buena crianza” que de fondo respecto a la Reforma Tributaria.

Han sido escasas las declaraciones de este integrante de la Comisión de Hacienda del Senado y no lo hará en profundidad hasta después del 21 de mayo. Por el momento, se dice que Zaldívar está aguardando analizar el proyecto con los asesores técnicos de la DC y que la versión definitiva ingrese al Senado.

Este jueves 22 estaría fijada una reunión de los senadores DC para definir una postura común, que habría sido coordinada por Jorge Pizarro y donde se supone que Zaldívar haría ver sus reparos e indicaciones, según informó El Mercurio.

En todo caso, cercanos a él aseguran que no será “nada de otro mundo”, aunque no es la misma percepción que tienen en la bancada socialista, donde creen que “viene duro”. Carlos Montes, por ejemplo, no ha querido hacer declaraciones, aunque su apoyo a la iniciativa se ha verificado en hechos concretos, transformándose en uno de los grandes promotores del proyecto en las comunas que representa.

Primer paso: consejo de la DC

Zaldívar está en línea con lo aprobado por el Consejo Nacional de la DC que se reunió el 12 de mayo, donde fue unánime el voto para apoyar la Reforma Tributaria “en los dos aspectos fundamentales, recaudar US$ 8.200 millones de aquí al 2018, y segundo la justicia tributaria”, explicó el presidente de la colectividad, Ignacio Walker, a La Tercera.

Pero la entrega no fue incondicional ni mucho menos, ya que se instruyó a los parlamentarios velar por tres cosas: “Que no afecte a las pymes; y vamos a hacer propuestas en esta materia; que no afecte a los contribuyentes desde el punto de vista de las facultades discrecionales del Servicio de Impuestos Internos, especialmente en el tema del debido proceso; y que no afecte el dinamismo económico desde el punto de vista de los incentivos para el desarrollo y la inversión”. Es decir, sí al proyecto de ley, pero con cambios y no pocos.

Más de alguno leyó, en el resultado de ese Consejo Nacional, los coletazos de esta especie de apartheid que está viviendo la DC en el gobierno. Se le dan puestos de poder, pero los siente como no relevantes u ocupados por militantes poco representativos. La guinda de la torta fue la denominación de los tres nuevos directores de Codelco, que recayó sobre Óscar Landerretche –en la presidencia ejecutiva–, Dante Contreras y Laura Albornoz. Esta última ocupaba la vicepresidencia de la DC hasta el fin de semana del 10 de mayo.

Si bien el Consejo de la DC estaba dividido en dos respecto de la Reforma, “el gobierno logró que el partido se unificara porque se sintió agredido y pasado a llevar. La guinda de la torta ha sido la designación en Codelco, donde se pensaba que podía ser la presidencia ejecutiva para un DC y no sólo nombran a un socialista en ese puesto, sino que designan a Laura Albornoz, que es considerada, más que una democratacristiana, una bacheletista”, explica una fuente cercana a la DC.

Segundo paso: bancada Pro-Pyme

La pregunta es si la DC podrá soportar que se le acuse de estar a favor de la desigualdad. Sin embargo, en la medida que las encuestas señalen que el apoyo a la Reforma Tributaria decae, “la DC tiene más espacio para tomar el toro por las astas y mejorar un proyecto que parece un berenjenal”, agrega la fuente.

Teniendo en cuenta que los ataques pueden venir del frente amigo, no es menor que Andrés Zaldívar haya conformado la bancada Pro-Pyme junto a Eugenio Tuma (PPD) y Rabindranath Quinteros (PS) a mediados de la semana pasada. Una apuesta que en lo público apunta a velar por los intereses de las pequeñas y medianas empresas y que, llegado el momento, puede sumar dos votos que van más allá de la militancia democratacristiana.

La bancada DC cuenta con 5 senadores: Carolina Goic, Jorge Pizarro, Ignacio Walker, Patricio Walker y Andrés Zaldívar; y con ellos opera el independiente Pedro Araya. “Es una bancada chica, pero no radical. Quizás Carolina Goic es la de posturas más de izquierda”, señala una fuente socialista.

Al interior de la Nueva Mayoría ven a la DC como intermediaria de sectores económicos, principalmente del de la construcción. “Allí tienen intereses fuertes”, dicen.

“Es el momento de tomar un liderazgo y hacernos oír”, sostiene un empresario democratacristiano, que incluso afirma que hace rato el partido no juega ningún papel relevante y que el surgimiento de posturas más extremas ayuda a que la Democracia Cristiana ocupe su histórico centro político.

¿Nada del otro mundo?

En las escasas intervenciones de Andrés Zaldívar, el senador ha dicho que está dispuesto a abrirse a las adecuaciones que sean necesarias para mejorar la iniciativa, “pero que eso no afecte el corazón de la reforma tributaria”. En un seminario de Asexma, se mostró partidario de elevar el impuesto de primera categoría de 20% a 25% y de eliminar el Fondo de Utilidades Tributables (FUT).

En esa misma ocasión, dijo que hay que hacer una discusión sobre el tema medular de la reforma, “que es cómo se pagan los impuestos a la renta, cuál es el nivel de gravamen que pagan las empresas, cuál es el impuesto que pagan las personas y si las medidas que se toman afectan o no al ahorro o la inversión”.

Días después compartió la postura del economista Ricardo Ffrench-Davis, de eliminar del proyecto la retención del 10% por parte de las empresas para aquellos accionistas que fueran sociedades, lo que es una estocada al centro mismo de la Reforma Tributaria.

Tanto así que, consultado el ministro Alberto Arenas por las declaraciones de Zaldívar, éste contestó a El Mercurio que “la retención del 10% está en el artículo 1° y claramente lo que nosotros hemos dicho es que la retención del 10% es para proteger a los pequeños accionistas. Cerca del 4% de las empresas va a tener que hacer esta retención (…) es parte del corazón”.

Más aún, si se elimina la opción de que las sociedades anónimas retengan el 10% –dicen expertos tributarios–, el proyecto corre el peligro de ser declarado inconstitucional, porque los contribuyentes podrían no tener caja para hacer frente al pago de impuesto. Por lo tanto, Zaldívar se equivocó al izar esta bandera o la levantó con el objeto de negociar otra cosa.

Mientras tanto, Ricardo Lagos Weber (PPD), en su rol de presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, está jugándosela por el diálogo, aunque su papel de conciliador de posiciones tiene límites, pues tuvo una participación importante en la gestación del proyecto de Reforma Tributaria. Muchos lo ven como un intento de ganar estatura frente a un Zaldívar que tiene más experiencia y peso político. Otros simplemente perciben que está tratando de usar esta instancia como una plataforma electoral, para ir ascendiendo en la escala de los posibles candidatos presidenciales.

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