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El relato de la derecha sobre cómo llegó a firmar el acuerdo por la Reforma Tributaria


La señal estaba, pero pocos la calibraron en su real dimensión. El 9 de junio se reunieron los senadores de Renovación Nacional (RN) con el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, en Teatinos 120. A la salida, el senador Francisco Chahuán resaltó que “lo importante es que hemos abierto un canal técnico con el gobierno para ir resolviendo los temas en particular, con la asesoría de los hermanos Bernardo y Juan Andrés Fontaine y el subsecretario Alejandro Micco, lo que va a generar la posibilidad de revisar en detalle cada una de las propuestas”.

Un mes después, se selló el protocolo de acuerdo entre el Gobierno y la Oposición que cambió sustancialmente el proyecto de Reforma Tributaria, algo que a inicios de junio se veía poco probable, dado el discurso público que mantenía el ministro Arenas de defender a toda costa el “corazón” de la reforma.

Ese encuentro fue recordado ayer en radio Duna por Juan Andrés Fontaine, quien comentó que “hubo una visita de los 6 senadores de RN al ministro Arenas y a la salida se anunció que habría una canal técnico, en el cual por ejemplo yo participaría, y después nunca más hubo una pregunta de si el canal técnico se había juntado y no se siguió la hebra (refiriéndose al trabajo periodístico)”.

Y, de acuerdo a la historia relatada por Fontaine, el equipo de Hacienda tuvo varias reuniones con “el canal técnico”, siendo quizás la más determinante una que se extendió por 6 horas entre Juan Andrés Fontaine, Alberto Arenas y Alejandro Micco en casa del primero. Allí se analizaron los temas uno a uno, “incluso los más menores”. En total, “deben haber sido unas 5 o 6 reuniones, desde hace unas tres semanas, que se mantuvieron en total sigilo, cosa que es bien inédita en este país”, señaló Fontaine.

Los participantes a dichas reuniones iban variando por parte de Hacienda, pero fueron presididas por Alejandro Micco en compañía de Alberto Cuevas, quien es el redactor del proyecto de Reforma Tributaria. Por parte de RN, estaban “el que habla, mi hermano Bernardo, cosa que le daba un tono familiar a la discusión, y dos abogados: Sebastián Guerrero y Nicolás Ulloa. Ese fue el equipo que montó RN, en el cual, en la convocatoria del equipo, Andrés Allamand fue la persona clave, que fue quien nos juntó para trabajar en este tema”, confidenció el ex ministro de Economía.

Allamand a la calle

El rol de Allamand es reconocido abiertamente por el equipo de Hacienda, donde interpretan que el político de derecha estaba buscando posicionarse como interlocutor no sólo en lo que respecta a la Reforma Tributaria, sino a las discusiones que vienen, como las reformas Educacional y Constitucional.

Ello sin olvidar la calle porque, al mismo tiempo que señalaba a La Tercera su interés de llegar a acuerdo respecto a la Reforma Tributaria, marchaba cartel en mano junto a los apoderados que reclamaban contra los cambios propuestos en educación. Una imagen de él que recordó sus años de dirigente estudiantil a inicios de los 70.

Fontaine también relató a radio Duna que siempre se mantuvo informada a la UDI de que el famoso canal técnico estaba ocurriendo y “que estábamos abiertos a que, si ellos querían incorporarse, lo podían hacer. Pero en ese momento la UDI estaba en una discusión interna más bien con ánimo de oponerse a todo como estrategia política”.

El descreimiento de la UDI

Esta versión coincide con la de la propia UDI. Venían de haber asumido una estrategia de oposición frontal durante la tramitación en la Cámara de Diputados, que se había confrontado a una posición igual de dura por parte del Gobierno, que les pasó la aplanadora, pero tuvo un costo.

La oposición logró instalar en la opinión pública la percepción de que la Reforma Tributaria afectaba a la clase media y podía perjudicar el empleo. Las encuestas así lo reflejaron y el Ejecutivo tomó nota.

Cuando el proyecto entró al Senado en junio, la UDI había decidido votar en contra de la idea de legislar, pero el timonel del partido –Ernesto Silva– habría señalado a Juan Antonio Coloma que estuviera abierto al diálogo. Desde el primer día, Coloma hizo ver su posición de que la reforma tributaria involucraba un giro copernicano y que tenía visos de inconstitucionalidad. Con otro lenguaje, su par de RN, José García, hizo lo mismo.

Coincidente con la versión de RN, la UDI sostiene que las primeras señales de una apertura al diálogo las vieron hace un mes o quizás un mes y medio. Sin embargo, la desconfianza hacia el equipo de Hacienda los hacía mirarlas con mucha cautela.

Reconocen, eso sí, que Ricardo Lagos Weber, en su calidad de presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, cumplió un papel clave por la forma en que organizó el trabajo legislativo, lo que permitió que los argumentos de la UDI estuvieran presentes.

“No hablamos nosotros, fueron los de sus propias filas los que levantaron las preocupaciones”, afirman. En este sentido, dicen que fueron claves el día de presentaciones de los ex presidentes del Banco Central y el de los ex ministros de Hacienda, que dieron una señal potente en cuanto a la necesidad de llegar a una fórmula de acuerdo técnico.

El miércoles de la semana pasada en la UDI sostienen que a Juan Antonio Coloma le había quedado claro que Arenas quería avanzar y empujar decisiones. Así se lo dijo a Ernesto Silva antes de que éste viajara a España. Medios como La Segunda indican que por esos días se había involucrado Pablo Longueira en las tratativas.

A medida que el tiempo avanzaba, las fuentes se cerraron cada vez más a cualquier tipo de trascendido. Los diarios del fin de semana prácticamente no incluyeron ninguna información relevante sobre los posibles acuerdos. El sábado, Silva y Coloma decidieron “socializar” el contenido de las conversaciones que se estaban llevando a cabo con el resto de los parlamentarios. El domingo acordaron que Silva debía volver al país.

El martes de esta semana se producen nuevas reuniones entre diputados y senadores de la UDI, en que los primeros estaban más renuentes a llegar a acuerdo, no así los senadores. La voz disidente fue Iván Moreira, aunque más que rechazar una negociación, creía que se podía lograr más. De hecho, en la tarde la UDI solicitó un esfuerzo adicional y que el Estatuto PYME contemplara hasta empresas con venta de 100 mil UF, lo que fue finalmente aceptado.

Una versión similar entregó Fontaine en el referido programa de radio. “Durante el fin de semana, mientras trabajábamos con los ministros, sobre todo el domingo, la UDI comenzó a acercarse…”, contó, y dejó entrever que hubo cierta intervención en el contenido en los momentos finales del documento.

La presión de la opinión pública

Desde la perspectiva de RN tanto como de la UDI, la decisión del gobierno de abrirse a negociar se debió al resultado de las encuestas. “Hay una suma de factores: uno de ellos son las encuestas, que demostraron que la ciudadanía no estaba tragándose el argumento de que la reforma la pagaba sólo un puñado de millonarios. A la ciudadanía le pareció obvio que una reforma de esta envergadura no puede sino afectar fuertemente la marcha de toda la economía y por esa vía afectar a la población entera”, dedujo Fontaine.

En la colectividad de Suecia señalan que Juan Pablo Swett con su Asociación de Emprendedores fue clave para levantar argumentos. “Actuamos bien con los gremios y logramos activar una multigremial”, afirman. El momento en que se vivió la mayor tensión fue cuando el gobierno lanzó su video, donde acusaba a los “poderosos de siempre”, en tanto que la UDI sacaba propaganda defendiendo a las Pymes y a la clase media.

Resulta decidor que en los mismos días en que RN se reunía públicamente con Arenas en el Ministerio de Hacienda, el Movimiento Social por las Pymes y el Emprendimiento, conglomerado que tiene como vocero a Juan Pablo Swett, anunciaba que iba a iniciar una acción organizada para lograr cambios en la Reforma Tributaria. Al tiempo que participaban en el “Primer Encuentro Nacional de Dirigentes Gremiales y Emprendedores”, donde se presentaron Andrés Velasco y Bernardo Fontaine como expositores.

Fue este último quien lanzó un movimiento “Reforma la Reforma”, con página web incluida, que apuntaba a movilizar a la opinión pública. Su última actuación fue la publicación de un inserto de prensa con 30 críticas de líderes de opinión contra la Reforma Tributaria, que salió a la luz pública el mismo fin de semana en que se afinaban los detalles del documento con Hacienda y que tuvo críticas de algunos de los personajes citados, debido a que no se les consultó sobre su aparición.

La lección que la derecha había aprendido y que puso en práctica en la tramitación de la Reforma Tributaria por el Senado, es simple y aparentemente efectiva: “Los acuerdos son posibles de alcanzar, mientras la presión social esté fuerte”.

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