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Bonos en dólares impagos son apuesta más segura que deuda en pesos argentinos


Aun en cesación de pagos, los bonos de Argentina denominados en dólares están resultado una apuesta más segura que la deuda en pesos que el país continúa honrando.

Si bien la semana pasada Argentina pasó la fecha del plazo para pagar US$539 millones de intereses sobre sus bonos externos, sus pagarés en moneda local están viéndose más afectados debido a la preocupación de que la cesación de pagos debilite el peso en tanto los extranjeros retiran dinero del país y la inversión languidece. Las pérdidas hicieron subir los rendimientos de sus bonos en pesos con vencimiento en 2033 hasta un máximo desde febrero y 1,35 puntos porcentuales por encima de su deuda en dólares. Hasta el 20 de junio los inversores solicitaban incluso una prima para tener títulos externos.

“La idea que tiene la gente es que la cesación de pagos significa una mayor devaluación”, dijo en un correo electrónico Sebastian Vargas, economista de Barclays Plc. Los bonos en pesos “tendrán que ofrecer al mismo tiempo rendimientos más altos para compensar una moneda más débil”.

La disparidad en los rendimientos de los bonos demuestra que aun después de tres días seguidos de pérdidas, los inversores en los bonos en dólares ahora no honrados tienen una probabilidad mayor de recuperar su dinero que los tenedores de deuda de Argentina en moneda local.

Los operadores en futuros sin entrega anticipan que el peso caerá 17 por ciento en los próximos seis meses después de haber sido la moneda que más se devaluó este año en el mundo, con excepción de las de Ucrania y Ghana.

Deudas impagas

Si bien Argentina depositó los intereses correspondientes a los bonos externos en Bank of New York Mellon Corp., Standard Poor’s declaró al país en cesación de pagos por segunda vez desde 2001 en razón de que el pago fue bloqueado a raíz de una disputa judicial con los acreedores que se negaron a participar en reestructuraciones anteriores.

El juez de distrito estadounidense Thomas Griesa prohibió a Argentina realizar el pago hasta resolver deudas impagas en manos de los llamados “holdouts” que exigieron el pago por vía judicial, encabezados por el multimillonario administrador del fondo de cobertura Elliott Management Corp., Paul Singer.

A diferencia de los bonistas externos actuales, que aceptaron otorgar un alivio de deuda a Argentina después de su cesación de pagos récord por US$95.000 millones en 2001, los acreedores que no entraron en los canjes demandaron ante la justicia el pago total y obtuvieron de Griesa un fallo favorable por US$1.330. La Corte Suprema estadounidense se negó a tratar la apelación de Argentina en la causa en junio, manteniendo intacto el fallo.

Dado que negociaciones de último momento entre Argentina y los “holdouts” no lograron evitar la cesación de pagos el 30 de julio, Griesa ordenó en una audiencia el 1 de agosto que las partes continuaran negociando.

En una presentación judicial ese día, Griesa dijo que su fallo, que prohíbe el pago sobre deuda en dólares de Argentina, “no prohíbe pagos sobre los bonos denominados en pesos”.

Los rendimientos de los pagarés locales con vencimiento en 2033 subieron 0,54 puntos porcentuales hasta 9,9 por ciento desde el 30 de julio. Los bonos, que están atados a la tasa de inflación oficial del país, se recuperaron en febrero después de que el gobierno mejoró su manera de informar los datos.

La cesación de pagos probablemente frenará la inversión extranjera y provocará una fuga de capitales, lo cual hará escasear los dólares y presionará al peso hacia una devaluación, según Alejo Costa, estratego en la agencia bursátil Puente Sociedad de Bolsa SA con sede en Buenos Aires.

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