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Arenas gana en el Senado pero pierde en Contraloría


El ministro de Hacienda Alberto Arenas tiene razones para estar celebrando esta mañana, pero la Contraloría le arruinó la fiesta.

Anoche el Senado chileno aprobó íntegramente el proyecto de ley de Reforma Tributaria del gobierno, que promete recaudar unos 8.300 millones de dólares que permitan financiar cambios como la reforma educacional.

Con 33 votos a favor, uno en contra y una abstención, era un resultado impensado hace tres meses, cuando se presentó el proyecto de ley. Ahora la iniciativa regresa a su tercer trámite legislativo a la Cámara de Diputados, donde deben dilucidarse las últimas indicaciones.

Arenas lo describió como un "triunfo inédito" y como "un paso muy importante en esta reforma estructural del gobierno, de implementarla durante septiembre de 2014 para contar con los recursos en el presupuesto de 2015".

Pero mientras el ministro celebraba el voto, la Contraloría le daba un mal gusto.

El organismo falló que el ministro de Hacienda no tiene las facultades para remover a Arturo Cifuentes de la presidencia del Comité Financiero Asesor de los Fondos Soberanos.

De acuerdo al diario Pulso, la Contraloría dice que, con los reglamentos actuales, el Ministerio de Hacienda no tiene las atribuciones para pedir la renuncia de Cifuentes.

La polémica se desató en abril, cuando el presidente del Comité Asesor cuestionó públicamente el uso de los fondos para capitalizar la minera estatal, idea que el subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, señaló que era una de las opciones contempladas.

Sus declaraciones hicieron que Hacienda le pidiera la renuncia. Cifuentes se negó, argumentando que con sus dichos estaba defendiendo la institucionalidad del Consejo.

Cifuentes recurrió a la Contraloría, donde planteó que su trabajo era uno de carácter técnico y no político.

El Comité Financiero asesora al Ministerio en la inversión de los recursos de los fondos soberanos de Chile. Cifuentes llevaba más de tres años como miembro del consejo y, a mediados de febrero, asumió la presidencia tras la renuncia de Klaus Schmidt-Hebbel.

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