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Canjear o no canjear: tres posibilidades para tenedores de bonos argentinos


La presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner ofrece una salida del impago a los inversores en bonos internacionales del país en moneda extranjera.

La propuesta que su gobierno envía al Congreso permitiría a los tenedores de bonos ignorar sus contratos actuales y cobrar en Buenos Aires o canjear su deuda por nuevos valores regidos por la ley argentina.

Hay tres posibilidades que pueden considerar los inversores:

Conservar los bonos actuales, emitidos bajo ley estadounidense o inglesa, mientras que Argentina deposita el dinero para el pago de los intereses en una cuenta en una nueva entidad depositaria en Buenos Aires en reemplazo de Bank of New York Mellon. Como las condiciones de los contratos no cambian pero ahora se las violará sin su consentimiento, podría demandarse al gobierno. También puede guardarse silencio y aceptar los pagos, o se podría aceptar el dinero y luego considerar una demanda. La pregunta pasa a ser: ¿Cómo se recibirán los pagos? ¿Hace falta una cuenta en un banco local? ¿Eso tendría derivaciones legales?

Aceptar la oferta argentina de formalizar el cambio de mecanismo de pago y jurisdicción mediante un canje voluntario de los valores por nuevos bonos en moneda extranjera regidos por la ley local que por todo lo demás tendrían las mismas condiciones. El problema es que a algunos inversores no se les permite tener valores regidos por la ley local y tendrán que vender. Para quienes puedan participar, abundan los problemas legales y logísticos. Una oferta pública enfrentaría desafíos legales, en especial para los intermediarios financieros necesarios para ejecutar el canje. El juez de distrito de los Estados Unidos Thomas Griesa dijo específicamente en junio que ese plan constituiría una violación de la ley estadounidense. JPMorgan Chase Co. contempla otra posibilidad en el caso de un canje por el que Argentina intente desarrollar una serie de operaciones de mercado secundario entre los inversores y el gobierno en las cuales el país “quede en poder de los bonos reestructurados regidos por leyes extranjeras en situación de impago por tiempo indefinido”. Con bonos bajo la ley local en la mano, los inversores tendrán que enfrentar los posibles riesgos locales, tales como la posibilidad de que en algún momento Argentina decida pagar a los tenedores de bonos en pesos en lugar de en dólares. Ha pasado antes.

Si no se quiere correr los riesgos legales de participar en ninguna de las opciones mencionadas, se podría vender los bonos con descuento a otros inversores. También se puede conservar los bonos impagos con la esperanza de que la disputa legal que bloquea los pagos finalmente quede zanjada, o decidir que la propuesta de canje es la forma de Fernández de decir que la disputa nunca se resolverá durante su gestión y buscar una aceleración del pago de los bonos mediante la demanda de un completo reembolso de capital e intereses. En ese caso, podría seguir una reestructuración.

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