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No todo lo que brilla es oro… Devuelvan los intereses


Perfeccionar el sistema financiero, es como arreglar una carpa antes de subir una montaña: la carpa no te llevará a la cumbre, pero sin ella, tampoco llegarás. Hoy tenemos una que resiste el viento, pero no la lluvia. Y además es chica; las mochilas se deben quedar afuera.

Esta analogía nos orienta a qué tan cuidadosos debemos ser con el sistema financiero. Me referiré a una propuesta en específico que anda dando vueltas por ahí, cuya autoría se debate entre MEO y los hermanos Parisi: “Devuelvan los impuestos”. Esta propuesta aboga que a un buen deudor se le devuelva el sobre interés que pagó por su crédito si cumplió con sus obligaciones o “se portó bien”.  ¿Por qué? El banco, al no saber quién realmente pagará o no, tiende a mezclarlos y parcelarlos en grandes lotes. A los riesgosos les cobra una porción extra de la tasa de interés, solo por el riesgo que el banco corre al prestarles.  Por lo tanto, esta propuesta se centra en que exista esta devolución y premie a los deudores que pagan.

¿Cuál es el problema? Si bien es una propuesta clara, simple y popular, no se puede dejar pasar una arista y ya otros lo han mencionado: La sobre tasa por riesgo que cobra un banco, está dirigida a cubrir a quienes no pagan y desgraciadamente la pagan quienes “se portan bien” por una razón obvia. Esto tiene un alto grado de selección adversa.

Si se le devuelve a los bien portados el sobre interés, entonces a quienes no paguen, se les debería cobrar todo ese sobre interés. El problema es que si no pagaron, mejor olvidarse del sobre interés. Hay un claro problema temporal de información. En presencia de absoluta información, no habría problema. Sin embargo, es poca la información para predecir el comportamiento. Por lo tanto, si se devuelve el sobre interés a los que pagan, ¿qué ocurre con los que no pagan? Al final del día el banco dejará de prestar o ¡lo hará a tasas más altas!

A mi juicio, esta medida está más cercana del mundo populista que del real. No obstante, el espíritu es el correcto: mejorar el sistema financiero en virtud de la equidad y justicia, y no seguir con esta máquina horrible que amplifica desigualdades.

Mi idea es aumentar la competencia en el sistema financiero, y considerar el dinero prestado como un commodity, por lo que el precio debiera estar a granel y publicado en todas partes. Los bancos deberán hacer una fila de menor a mayor tasa y con esta información el cliente elegir. La publicidad de créditos acotarla y fiscalizarla, ya que en buen chileno, hoy con este tema tenemos una casa de “remoliendas».

Así podemos por lo menos aspirar llegar a la cumbre, y no creer en ideas que si bien son de gran aceptación popular, pueden terminar con el efecto contrario. La idea es simple: Hay pocos bancos, nos están “ca…” y ellos se llevan las lucas. Cómo mejorarlo sin perjudicar a todos es la manera de llegar a la cumbre, y no creer tampoco si nos dicen que se devolverá el peso de la comida que cargaste y no comiste. Eso no existe.

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