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Bye, bye momentum?


Por Jimena Llosa Bustamante. Gerente de Estrategias de Inversión Compass Group.

Luego de un primer trimestre de fuertes y rápidas alzas de los mercados accionarios, abril trajo fuertes correcciones en los mismos y el resurgimiento de temores por riesgos latentes que se habían disipado.

Luego de que se publicaran indicadores económicos mejores a lo esperado, se realizaran operaciones de inyecciones de liquidez por parte del Banco Central Europeo para contener la crisis de deuda y los datos alentadores de mercados emergentes generaran un ambiente de optimismo, aparecieron factores ejerciendo presiones en los precios de los activos de riesgo, gatillando un aumento de la aversión al riesgo y los típicos mecanismos de búsqueda de refugio o flight to quality.

Reaparecen fantasmas

1. Los datos económicos que se ajustaron al mayor optimismo en Estados Unidos empezaron a resultar peores a lo esperado; si las expectativas sobre reaccionaron o no, será una respuesta que el tiempo dará. Permanecía la esperanza que a cualquier síntoma de desaceleración Ben Bernanke, presidente del Fed, anunciaría una tercera ronda de política monetaria cuantitativa (Quantitative Easing 3 o QE3) y finalmente a principios de abril en las minutas de la última reunión de política monetaria del Fed se dio a entender que no estaba prevista en el corto plazo, lo cual fue tomado por los mercados como un “golpe”. Los datos económicos siguieron sin alcanzar las expectativas de las emisiones y el círculo vicioso del pesimismo continúo alimentándose.

2. En Europa, el otro “frente” de riesgos, se hacen evidentes en datos “duros” e imágenes que los grandes, como Italia y España van a sufrir fuertes consecuencias de la crisis de deuda y de los excesos de las últimas décadas. Además, países como Francia presentan pobres datos de actividad y ruido político, pues las elecciones presidenciales de a comienzos de mayo pueden llevar a errores de política (neopopulismo) con graves consecuencias económicas. Aunque la economía alemana sigue mostrando una fortaleza destacable, hay países con las mismas condiciones, como Holanda, que no han logrado resistir y ya entraron en recesión. El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, trata de “complacer a todos”, sosteniendo que el estímulo (salvataje) vía una “pared” de liquidez en el mercado va a seguir vigente pero que también se va a prestar máxima atención al surgimiento de presiones inflacionarias.

3. En los países emergentes surgió el tercer factor de la “tormenta perfecta” post un primer trimestre de atractivas rentabilidades. Presiones inflacionarias inesperadas y preocupantes han brotado masivamente, desde China hasta América Latina, que, junto a indicadores que reflejan desaceleración, ya no se trata si el aterrizaje es “suave” o “forzoso”, porque un espiral inflacionario sí que podría echar a perder todo lo avanzado.

No ignorar riesgos, pero tampoco perder la perspectiva

Los riesgos más peligrosos actualmente son las presiones inflacionarias tanto internas como externas, las que se hacen cada vez más evidentes. Las primeras tienen relación con el riesgo de sobrecalentamiento en las economías emergentes, mientras que las segundas, se originan en el alza del nivel de precios del petróleo y los alimentos, producto, el primero de factores geopolíticos cuyo curso futuro es imposible predecir y el segundo porque es una “segunda derivada” del primero o por factores de origen climático igual de impredecibles.

Sin embargo, siendo objetivos, los fantasmas 1, 2 y 3 fueron “catastrofizados” por el mercado. En el caso del primero, Estados Unidos está creciendo muy lentamente y desigualmente entre sectores; pero indicadores líderes (predicen actividad) señalan crecimiento. En el segundo “fantasma”, Europa va a caer en recesión, lo cual es lamentable socialmente; en algunos países severa, en otros menos y algunos hasta la evadirían. Por el momento, hay acuerdo entre las autoridades del Viejo Continente para prevenir un desenlace que dañe a éste y al resto del mundo de manera grave. La solución a la crisis no se vislumbra en el horizonte, pero su potencial efecto en la economía global estaría reduciéndose. El tercer y último fantasma capaz de echar a perder el progreso de las economías emergentes y retrasar lo mucho que queda aún por hacer es muy preocupante, pero todavía de baja probabilidad de ocurrencia, si revisamos los antecedentes de disciplina económica de estas regiones en los últimos años y la autonomía lograda por sus bancos centrales, en la mayoría de los casos. Habiendo dicho lo anterior, muchos precios en los mercados (no todos, evidentemente) habrían sido castigados en exceso en las últimas semanas, lo que hace surgir oportunidades.

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