¿Un baile erótico, con o sin caño, puede ser considerado como “cultural”? Esto mismo se preguntó la Corte Suprema de Nueva York la que finalmente resolvió, en fallo dividido, que el club de strippers Nite Moves no puede reclamar exención de impuestos por “artes escénicas” puesto que los bailes eróticos no promueven la cultura en la comunidad.
La votación fue de cuatro votos contra el club versus tres, con estos últimos argumentando que no había ninguna distinción entre «bailes con mucha cultura y bailes con poca cultura,» y que el caso daba lugar a «grandes problemas constitucionales».
Todo esto comenzó porque el club de strippers argumentó que los cargos de admisión y de bailes privados deberían estar libres de impuestos, cosa que el Departamento de Impuestos y Finanzas de Nueva York no avalaba.
Según los legisladores, Nite Moves no demostró de manera suficiente que en el local se promovían actividades culturales y artísticas para la comunidad.
Es más, para decepción de los dueños del club, sus bailarinas exóticas y más de algún cliente que quizás vea cómo su baile privado se encarecerá, el fallo de la Suprema obliga a que Nite Moves deba pagar al fisco en un principio US$124.000 en impuestos más intereses por cientos de bailes concedidos que no tributaron pero sí alegraron.
