Ayer, en la página B-4 de Economía y Negocios, se publica una carta que Rafael Ariztía –entonces gerente de inversiones de Celfin y ahora responsable de la agenda de modernización del estado– escribió denunciando la operación de compra del 20% de Oro Blanco en 2009.
El remate tenía las características típicas de las operaciones que se cuestionan de Julio Ponce y sus sociedades Cascadas. LarrainVial la ejecutó (aunque tuvo competencia de IMTrust, Celfin y BanChile, que se habían asociado), la subasta fue anunciada con menos de 24 horas de aviso y por un precio por debajo del de mercado. Ponce terminó pagando US$ 258 millones por el paquete.
"¿Dónde están los reguladores en este país? ¿Cómo puede ser que 20% de una compañía que se supone regulada por la SVS sea puesta en un remate en bandeja para un director, con un descuento considerable respecto de su precio de mercado?", escribió Ariztía en la carta que El Mercurio publicó el sábado 20 de junio de ese año.
Esa carta sólo fue conocida por los socios de Celfin (BTG Pactual Chile) una vez que se publicó y causó mucha molestia, porque pensaron que la crítica a Julio Ponce y la SVS podía tener costos para la corredora. A media mañana de ese lunes recibieron la llamada de Ponce, invitándolos a reunirse. El resultado de esa reunión fue que, en vez de negarles la sal y el agua, les dio la posibilidad de participar en la colocación de un bono. Quienes fueron a ese encuentro volvieron felices a Celfin.
El titular de la SVS ese año: Guillermo Larraín
*A raíz de la publicación de esta nota, los aludidos, de BTG Pactual Chile (ex Celfín), solicitaron, en ejercicio de su derecho a replica, la siguiente publicación: BTG Pactual desmiente nota de El Mostrador Mercados
