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Bill Gates, Sting y Warren Buffett entre los multimillonarios que deciden donar su fortuna antes que malcriar a sus hijos


Comenzó como algo "particular" y ahora está convirtiéndose en tendencia entre los multimillonarios en Estados Unidos, y en menor grado en Europa. La pregunta es si esa tendencia será imitada por los Matte, Luksic o el resto de las fortunas chilenas en la lista Forbes.

Hace algunas semanas, Sting, el talentoso músico y cabeza de la legendaria banda The Police, declaró que no le heredaría su fortuna de US$300 millones a sus hijos. ¿La razón? "Que trabajen. Todos mis hijos lo entienden y rara vez me piden algo; realmente aprecio y agradezco que sea así", explicó.

El actor Philip Seymour Hoffman, que murió en febrero por una sobredosis de heroína, dejó indicaciones muy claras en su testamento: no le dejaría a ninguno de sus hijos sus US$35 millones y, asimismo, dejó órdenes para que su hijo menor se críe en una ciudad norteamericana y se "exponga a la cultura, a las artes y la arquitectura" que ese entorno ofrece.

Todo para que no se convirtieran en "hijos del fideicomiso", eufemismo que define a los hijos malcriados que terminan con más dinero que sentido común gracias a las herencias de sus padres.

Bill Gates y Warren Buffet, dos de los multimillonarios más poderosos y ricos del mundo, también sólo le dejarán una pequeña parte de sus fortunas a sus hijos.

Gates dejará 10 millones de dólares a cada uno de sus tres hijos; casi un vuelto si uno ve la fortuna de 76.000 millones de dólares del fundador de Microsoft.

Los tres hijos de Buffett tienen cada uno un fideicomiso de US$2 mil millones. ¿El resto de su dinero? Para beneficencia, al igual que lo hecho por Gates y muchos otros megamillonarios, quienes han comprometido sus fortunas para mejorar el mundo.

Buffett ha declarado públicamente que la cantidad perfecta para dejarles a los hijos "es el dinero suficiente para que sientan que pueden hacer cualquier cosa, pero no tanto como para que no hagan nada".

Muchos millonarios, inspirados en esto, están abriendo “trust funds” con tal de que sus hijos no reciban el dinero hasta que cumplan 40 (con excepciones como salud o educación), con tal de obligarlos a vivir por ellos mismos y evitar el cliché del “hijo de papá” tomando sol con un Martini en la mano.

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