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La fusión de Glencore y Xstrata podría demorar unos dos años


Los reguladores de la Unión Europea (UE) examinan más de cerca la propuesta fusión de US$90.000 millones entre Glencore International PLC y Xstrata PLC, luego de que la siderurgia y otras industrias europeas expresaran temores de que el acuerdo podría dar vida a una compañía demasiado poderosa en los mercados de zinc, níquel y carbón, dicen asesores de las dos empresas suizas.

Al mismo tiempo, muchos accionistas de Xstrata aseguran que no aprobarán las actuales condiciones de la operación. De no mediar el ingreso de otra empresa que haga subir el precio,

El resultado es que la megafusión minera podría tener que esperar hasta principios de 2013 para obtener luz verde de los reguladores de la UE —al igual que la de Estados Unidos, China, Sudáfrica y Canadá— y convencer a los accionistas reticentes.

«Si son capaces de cerrar el acuerdo para el próximo primero de marzo, se trata de un buen desenlace», señaló Sigurd Mareels, director de investigación de la consultora McKinsey & Co. «Podría tomar dos o tres años», aseveró.

Ante el lento avance del acuerdo, ambas compañías persiguen otras oportunidades de crecimiento. Viterra Inc., una empresa canadiense que comercializa y procesa granos, anunció el martes que acordó ser adquirida por Glencore por US$6.100 millones. A principios de este mes, Xstrata acordó la compra de un depósito de carbón en Canadá a Talisman Energy Inc., por unos US$500 millones en efectivo.

La UE, que es considerado como el ente regulador más poderoso del mundo, debería ser el mayor obstáculo que deben superar Glencore y Xstrata. En 2008, BHP Billiton dejó de lado un plan para adquirir Rio Tinto luego de que la UE manifestara su preocupación acerca de los efectos de la unión en la «competitividad» de la industria europea.

Cuando la propuesta de fusión entre Glencore y Xstrata fue anunciada en febrero, no estaba claro si requeriría la aprobación de la UE. En 2006, la UE había dictaminado que Glencore y Xstrata eran efectivamente una empresa, debido a la participación de Glencore en Xstrata, que ahora bordea el 34%. De todos modos, las compañías solicitaron formalmente la aprobación antimonopolio y desde entonces sus representantes y abogados han estado reuniéndose con los reguladores de la UE, según ejecutivos de las compañías. Los portavoces de las empresas y sus firmas de abogados declinaron hacer comentarios.

La UE, en tanto, tiene cerca de un mes para pronunciarse sobre la fusión después de recibir la información suficiente.

La Asociación Europea del Acero se opone al acuerdo. «Estamos particularmente preocupados por el posible impacto en los mercados de zinc, níquel y carbón», indicó Axel Eggert, lobista del organismo. Otros grupos de presión están preparando quejas, aseguró Eggert. El zinc y el níquel son utilizados para producir aceros especiales.

El factor clave será la forma en que la UE defina los mercados. A nivel mundial, el gigante combinado podría tener participaciones de mercado relativamente bajas: por ejemplo, 9,9% para el caso del carbón térmico transportado por vía marítima y 5,3% para el del carbón de coque; 6% para el de níquel y 12% para el de zinc.

Sin embargo, mediante el aislamiento de ciertos mercados e incluyendo los commodities que Glencore vende en nombre de otros, las empresas europeas negativamente afectadas por el acuerdo podrían tener pruebas suficientes para sostener que la fusión crea mini-monopolios. La nueva entidad, por ejemplo, podría controlar cerca de un tercio del mercado europeo de zinc. En 2001, al considerar una absorción de la empresa noruega Norzinc por parte de la finlandesa Outokumpu, la UE decidió que el zinc constituía un mercado regional «debido a que las importaciones en la región eran bajas y los costos del transporte no eran nada despreciables».

Si la UE encuentra preocupante la concentración en la fase inicial de su investigación, Glencore se enfrentará dos opciones: resolver rápidamente el caso con la UE mediante la venta de minas de zinc, o tratar de luchar contra la comisión en una investigación más extensa, dice David Anderson, abogado especializado en defensa de la competencia, socio en el estudio Berwin Leighton Prisner LLP, en Bruselas. Si Glencore se opone a vender los activos solicitados por la UE, se pondría en marcha una segunda fase de la investigación. Ese proceso podría demorar hasta siete meses.

Entretanto, los accionistas de Xstrata aún están molestos porque ellos sólo recibirían 2,8 acciones de Glencore por cada acción de Xstrata que poseen.

Es probable que los accionistas de Xstrata se vean obligados a darse por vencidos, debido a que no ha aparecido otro oferente, dicen los analistas.

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