Motivos para la preocupación de los hinchas: la cantidad de goles perdidos en el primer tiempo y los frecuentes sustos vividos por la zaga azul en el segundo lapso, cuando Cobresal soltó sus amarras, abrió la cuenta y perfectamente pudo liquidar el encuentro. Yendo más al detalle: cada pelota recuperada por Guzmán Pereira terminaba en poder de un cobresalino después de su entrega, y de nuevo Ramón Fernández destacó más por sus alegatos con el árbitro que por su juego.
Hasta se prestó para ironías:
“Perder contra una potencia mundial como Cobresal de más que se justifica. Invirtieron millones de dólares en Sebastián Zúñiga… ¿no? ¿es de la U y está a préstamo?… Bueno, igual se nota que llevan años jugando juntos… ¿cómo? ¿menos tiempo que la U?… Ah, bueno, igual Cobresal siempre ha sido importante en el mundo. Una vez empató de local con Deportivo Cali…”.
Publicado en Facebook, el debut de Universidad de Chile en El Salvador dio para recuerdos, maldiciones y debates. El 1-1, logrado cuando el árbitro revisaba los segundos que faltaban para el pitazo final, provocó escozores en los hinchas y abrió un signo interrogativo sobre la suerte del vigente campeón en el torneo que recién se inicia.
Motivos para la preocupación de los hinchas: la cantidad de goles perdidos en el primer tiempo y los frecuentes sustos vividos por la zaga azul en el segundo lapso, cuando Cobresal soltó sus amarras, abrió la cuenta y perfectamente pudo liquidar el encuentro. Yendo más al detalle: cada pelota recuperada por Guzmán Pereira terminaba en poder de un cobresalino después de su entrega, y de nuevo Ramón Fernández destacó más por sus alegatos con el árbitro que por su juego.
Razones para amortiguar la decepción: no estaba el entrenador (Martín Lasarte se quedó en Santiago recuperándose de una cirugía), faltaron valores importantes (Gustavo Canales y los Sebastianes Ubilla y Martínez mantienen sus lesiones) y Gonzalo Espinoza no está todavía en su mejor nivel. Habría que agregar que viene en camino un refuerzo que puede mejorarle la cara: el volante uruguayo Max Rodríguez, que actúa en el fútbol brasileño. Y otra buena noticia: por fin Enzo Gutiérrez se desempeñó a la altura de lo que jugaba en O’Higgins.
Hace veinte años, en esos mismos pastos, la U se sobrepuso a un 0-1 inicial y logró también un 1-1. Las circunstancias y las consecuencias eran distintas eso sí: ese empate conseguido con diez mil hinchas azules en las tribunas, y con un penal dudoso a Marcelo Salas que convirtió Patricio Mardones , significó una vuelta olímpica que los azules esperaban desde el desfallecimiento del Ballet Azul, un cuarto de siglo de antes.
El de ahora, logrado en la agonía con un rebote a disposición de Cristián Suárez, con la mitad de ese público, sin tanto nervio y con ninguna polémica, sirve apenas para abrir la preocupación de los fanáticos y para provocar una razonable incógnita sobre el real poderío del equipo al que todos quieren destronar.
