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Entre la elite y el Whisky: reuniones en bares complementan el Foro Económico Mundial en Davos


En el Foro Económico Mundial hay un universo alternativo donde las discusiones en comisión mutan a reuniones privadas con banqueros, y el aroma del whisky Johnnie Walker Etiqueta Azul impregna el aire ya desde las primeras horas de la tarde.

La sede de este mundo paralelo es el Steigenberger Grandhotel Belvedere, al que se llega luego de una caminata de ocho minutos desde el Centro de Convenciones en Davos, Suiza –subiendo la colina a través de un túnel inflable, cruzando varios bloques de veredas heladas, trepando 33 escalones de piedra y bajando luego por una rampa iluminada por la luz azul de los carteles de KPMG.

En el hall, multimillonarios se mezclan con ejecutivos, muchos de ellos flanqueados por guardaespaldas, agentes de prensa o asistentes. Algunos se dirigen al Audi Lounge, donde pueden echar un vistazo al prototipo de un sedán gris equipado con tablero tridimensional.

“Hay algunos tipos de primer nivel –jefes de Estado, multimillonarios, máximos responsables ejecutivos- que vienen para una o dos reuniones específicas, y quieren privacidad para esas reuniones”, dijo el ex jugador profesional de hockey y capitalista de riesgo Richard Stromback, de 46 años, el jueves en uno de los bares patrocinados en el Belvedere. “El otro Davos existe porque es muy difícil encontrar espacios privados”.

En los corredores del primer y el segundo piso, empresas financieras como Goldman Sachs Group Inc. y Deutsche Bank AG tienen oficinas pequeñas para que banqueros y clientes puedan reunirse a puertas cerradas.

Políticos, famosos

La Bolsa de Nueva York y la firma consultora en el área de tecnología de la información, Infosys Ltd., tienen salas en el segundo piso. Avanzando por el pasillo se encuentra OAO Sberbank, el banco con sede en Moscú que fue sancionado por los Estados Unidos y la UE en septiembre en respuesta a la incursión de Rusia en Ucrania.

Ayer, sentados en sofás en un descanso entre los pisos había clientes esperando reuniones. Aloke Lohia, el máximo responsable ejecutivo de Indorama Ventures PCL, fabricante de polímeros e hilos de lana, deambulaba por el corredor a media mañana con su teléfono celular.

El Belvedere es también el lugar donde coinciden los políticos, los famosos y las personas más ricas del mundo. Tanto Bill Clinton como Angelina Jolie y Bill Gates fueron vistos allí en años anteriores, y algunas de las mejores fiestas de la semana se realizan en el hotel. Es uno de los aproximadamente doce hoteles en los que el foro alquila espacio para eventos.

El ex primer ministro del Reino Unido, Tony Blair, flanqueado por dos guardaespaldas, estaba en el hall la noche del jueves, al igual que el presidente de Glencore Plc, Tony Hayward.

En todo el hotel hay salas improvisadas, patrocinadas por firmas consultoras. También hay obras de arte auspiciadas, como una creada para Deloitte utilizando notas Post-it en azul y verde que decora el corredor de entrada.

El salón de PricewaterhouseCoopers LLP, con luces color naranja y sillones blancos, está situada en el nivel del subsuelo del Belvedere. Tiene varias zonas semiprivadas cercadas con cordones para invitados, algunos vestidos con trajes hechos a medida y botas para hielo, en caso de que quieran mantener reuniones.

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