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Bachelet intenta crear relato en la previa de cuenta pública: «Con las reformas hemos ido terminando con vestigios del modelo neoliberal»

En una entrevista con una agencia internacional, la jefa de Estado también analizó el actual escenario electoral, donde considera inédito que la Nueva Mayoría llegue con dos candidatos a los comicios de noviembre, y se mostró confiada en que la coalición oficialiste al menos llegue con una lista parlamentaria única.


En la víspera de su última cuenta pública, que por primera vez se realiza el 1 de junio, la Presidenta Michelle Bachelet aseguró que las reformas que emprendió durante su actual administración han puesto punto final a los «vestigios» del sistema neoliberal en el país.

«Había algunos vestigios del modelo neoliberal con los que hemos ido terminando a través de las reformas. La educación era tal vez el más potente», dijo la mandataria en una entrevista concedida a la agencia de noticias EFE, en un intento de crear un relato de cara al último discurso como mandataria que pronunciará este jueves ante el Congreso Pleno en Valparaíso.

La jefa de Estado reconoció que 17 años de dictadura acabaron haciendo mella en la conciencia de los chilenos. «Nos falta un sentimiento más solidario», dijo.

Al referirse a la ambiciosa agenda con la que inició su segundo mandato, cuyos ejes fueron la transformación del modelo educativo, la reforma tributaria y una nueva Constitución, Bachelet sostuvo que «en Chile se avanzó mucho, pero seguía habiendo una gran desigualdad. La nueva etapa requería hacerse cargo de las demandas ciudadanas».

«Chile tenía el sistema de educación más discriminatorio y segregado». Hoy, eso está desapareciendo, asegura la Presidenta, quien se refiere a la gratuidad de la educación como uno de sus principales logros, aunque por el momento sólo beneficie a un grupo minoritario.

También recordó que la reforma tributaria, que elevó la tasa del impuesto a las utilidades empresariales del 20 % al 25 % con el objetivo (no alcanzado) de recaudar 8.200 millones de dólares adicionales «fue aprobada con el respaldo unánime del Parlamento».

Además, se siente orgullosa de que casi 225.000 personas hayan participado en el proceso de discusión de una nueva Constitución para reemplazar a la actual, promulgada durante la dictadura.

Este esfuerzo «no va a caer en saco roto», asegura, porque antes de que finalice su mandato enviará al Congreso un proyecto de ley apoyado en estos debates ciudadanos.

«Yo voy a cumplir con lo que me comprometí. Espero que también los candidatos presidenciales clarifiquen cuál va a ser su postura en este tema», dijo.

Michelle Bachelet abordó además los avances que ha supuesto la reforma laboral, que fortalece el rol de los sindicatos, y «de otra reforma que no estaba prevista» y que surgió a raíz de los casos de corrupción que han salpicado la vida política del país.

«Yo decidí enfrentar abiertamente las situaciones que nos tocó vivir», explica la mandataria, quien asegura que todas las recomendaciones de la comisión presidencial que creó para atajar el problema ya están plasmadas en la ley.

«No se puede tolerar la corrupción. Todos los casos están siendo investigados por la Justicia. Hay que separar el dinero de la política y adoptar leyes estrictas. Los ciudadanos no están en contra de la democracia; al revés, quieren más democracia», enfatizó.

Y en cuanto a las elecciones presidenciales que se celebrarán este año, consideró como inédito el escenario en que la Nueva Mayoría llegará dividida a los comicios de noviembre con dos candidatos: el senador Alejandro Guillier -con el apoyo del PC, el Partido Radical, el PS y el PPD- y la senadora demócrata cristiana Carolina Goic.

«Ir con dos candidatos (el independiente Alejandro Guillier y la democristiana Carolina Goic) es completamente inédito en nuestra experiencia», dijo. Por lo anterior, se mostró confiada en que la coalición oficialista enfrente las elecciones por lo menos con una lista única parlamentaria. «Eso demostraría que la Nueva Mayoría puede asegurar la gobernabilidad en el futuro y seguir profundizando en las reformas».

Respecto a demandas estructurales que han ganado amplio apoyo, como la que pide el fin de las AFP, la jefa de Estado no considera que sea factible desmantelar el actual sistema. «Volver al modelo de los años sesenta es imposible» y por ello anuncia que en julio enviará al Parlamento un proyecto que incorpora la aportación del empleador.

Finalmente, Bachelet confiesa que aún no ha pensado que hará una vez que deje la presidencia, pero tiene claro que no se dedicará a la política activa en Chile. «Creo que me quedaré en la retaguardia, por si en algún momento me llaman a un consejo de ancianos en el que pueda ayudar», bromea.

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