Publicidad
Bachelet asume protagonismo y se despide de Enade con una férrea defensa de su legado ante su audiencia más difícil Eyzaguirre sorprendió gratamente a la audiencia al decir que «la gente no está en contra del modelo»

Bachelet asume protagonismo y se despide de Enade con una férrea defensa de su legado ante su audiencia más difícil

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
Ver Más

Si Bachelet dominó la agenda de la mañana con frases como «cuando nos pidan cuentas, diremos que hicimos cuanto pudimos», en la tarde la película se la robó Marco Enríquez-Ominami (MEO), con un video sorpresa que incomodó a los empresarios y sacó pifias, tras acusarlos de ser «quienes fomentaron el odio y la intolerancia» en el país. Entre MEO y Bachelet, el tema dominante en los paneles fue la urgencia de hacer un cambio radical en la manera en que la empresa se relaciona con la sociedad.


«Al igual que en las Enade anteriores, no pretendo ni que cambien de opinión política, ni que se conviertan en apasionados adherentes al Gobierno».

Con esa frase Michelle Bachelet sentó el tono de lo que fue su último discurso como Presidenta de la República en un Enade.

Bachelet asumió el protagonismo y se despidió de los empresarios haciendo una férrea defensa de su legado ante su audiencia más difícil.

«Aquí, en mi última Enade, no tengo problemas en asumirlo: mi Gobierno tomó la opción de enfrentar estos desafíos difíciles, con todos los costos que esto implica». Y agregó que «cuando nos pidan cuentas, vamos a decir que nos atrevimos, que avanzamos cuanto pudimos y que otros, sobre esa base, podrán hacer su parte».

Y eso no fue todo, se atrevió incluso a defender su gestión económica, a pesar de que sus cuatro años serán los de más bajo crecimiento promedio desde el retorno a la democracia: «Recibimos una economía con productividad casi estancada, una economía que venía desacelerándose desde la segunda mitad del 2013 y vamos a entregar una economía en recuperación, con cuentas fiscales ordenadas y con la capacidad intacta para retomar mayores niveles de crecimiento».

Faltando un mes para las elecciones, la política se tomó la agenda del encuentro anual del empresariado.

Bachelet, con un tono conciliatirio, dijo que hay que seguir haciendo frente a los desafíos pendientes del país. Defendió las reformas educacional, tributaria y laboral, e hizo un llamado a «no darse el lujo» de «argumentar a partir de posverdades».

También defendió el impulso de la agenda internacional que ha llevado a cabo, con una dura respuesta a las críticas que la ha hecho Sebastián Piñera, quien la acusó de estar gobernando con la vista puesta en la «agenda de la ONU» y no en los chilenos.

«Hay quienes piensan que vincular las políticas nacionales con la agenda internacional es un lujo o un capricho personal. Pensar de esa manera demuestra una perspectiva, me van a perdonar, limitada y hasta pueril del mundo que nos rodea», fue la respuesta de la Mandataria.

La Presidenta admitió que «hay un área crítica para nuestra economía en la que aún no hemos llegado a un consenso» con la audiencia de Casa Piedra: el tipo de crecimiento que se necesita. «Hemos recuperado tiempo perdido, pero podríamos decir que se trata de un acuerdo en construcción. Hablo del tipo de crecimiento al que debemos aspirar: el crecimiento sustentable e inclusivo».

Pero no fue todo crítica

Bachelet coincidió con el discurso de Alfredo Moreno, presidente de la CPC, quien señaló que es urgente modernizar el Estado. «Tener un mejor Estado es un ámbito donde se puede hacer más, se puede hacer mejor y se puede hacer más rápido. Estamos de acuerdo», expresó.

Eso sí, pidió a los empresarios y los gremios «un mayor liderazgo en la defensa del consumidor; son ellos los que deben estar en la primera línea de la defensa del mercado».

Moreno, ex canciller de Piñera y que, ahora como líder de los empresarios, ha hecho su misión devolverle la legitimidad a la actividad privada, manifestó en su discurso que «necesitamos un cambio radical en la forma en cómo nos relacionamos con la sociedad».

El turno de Eyzaguirre

A la Presidenta la acompaño el actual ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, su amigo que parece destinado a ayudarle a apagar la luz de La Moneda cuando concluya su Gobierno en marzo próximo.

El discurso de Eyzaguirre estuvo marcado por una defensa a las reformas de Bachelet y cómo –a su juicio– no tuvieron efectos negativos en el crecimiento económico. Al plan económico de Sebastián Piñera lo comparó con el del presidente de Estados Unidos, Donald Trump y afirmó que tal propuesta era «más antigua que el hilo negro».

Pero se guardó lo más polémico contra los movimientos sociales: «La gente no está en contra del modelo».

Dijo que «el malestar en el país y de los empresarios es porque se nos ha hecho cuesta arriba crecer más rápido».

En ese sentido, manifestó que el ciudadano chileno está «muy favorable a que haya una sociedad con reglas del juego estables y sin abusos», e insistió en que las personas no están en contra del modelo. Aunque aclaró que sí lo están respecto de los abusos: «La gente sí exige que no haya abusos y que, si la vida les juega malas pasadas, piden buena educación, salud de calidad y pensiones dignas».

Y señaló que «hay que ir legitimando el sistema, porque solo apostar al crecimiento es una apuesta temeraria. Solo pensar que el crecimiento se hace cargo, puede terminar siendo algo temerario», enfatizó.

«Hay muchas personas de los grupos medios que sienten mucho temor de caer en la pobreza», precisó.

Finalmente, en un tono afable con los máximos representantes del empresariado, indicó que ese «malestar» social «está comenzando a bajar». «El tono es distinto», remató.

El examen de los candidatos

Si en la mañana la Presidenta se tomó el protagonismo en Casa Piedra, en la tarde la película se la robó Marco Enríquez-Ominami (MEO).

Como parte del panel en que los cinco candidatos más competitivos a la Presidencia exponían sus proyectos y visión de futuro en materia económica, la periodista Beatriz Sánchez, candidata del Frente Amplio, tomó por sorpresa a los empresarios cuando cedió unos minutos a MEO, que no fue invitado a la cita.

Sanchez permitió que se pasara un video del aspirante, que se presenta por tercera vez a unas elecciones presidenciales. Y lo que dijo hizo arder Troya.

Es que, a través de dicho video, el candidato progresista incomodó al empresariado y sacó pifias, tras acusarlos de ser «quienes fomentaron el odio y la intolerancia» en el país. «Algunos de ustedes se han portado mal, muy mal (…) se han encargado de bloquear las reformas», manifestó.

«Algunos de ustedes se coludieron para subir el precio del papel higiénico. Además, el precio de los pollos y, como si no bastara, también para subir el precio de los remedios para nuestros enfermos. Esto debe parar», apostilló, lo que le valió algunos otros silbidos de los presentes.

Por su parte, Sánchez también apuntó a los asistentes, al afirmar que «hay desconfianza en el empresariado porque ha habido casos de colusión y abusos».

Posteriormente, realizó un diagnóstico al modelo económico chileno, que –a su juicio– está «agotado en sus resultados» y se refirió también a la productividad local, al sostener que se encuentra «estancada» desde la década de los 90.

Piñera juega de local

Piñera, el primer candidato en intervenir, criticó nuevamente al Ejecutivo al afirmar que «hoy en Chile tenemos un mal Gobierno y un buen país, nuestra tarea es recuperarlo».

Sostuvo que «se le produjo un grave daño al motor de las oportunidades acabando con nuestras capacidades de elaborar empleos y crecimiento, como fueron las reformas laborales y tributarias».

En tanto, el ultraconservador José Antonio Kast también reprobó a la actual administración de Gobierno, al señalar que «el legado de Michelle Bachelet II (por su segundo mandato), es de los perores que puede esperar este país. Nos dejó un desastre económico y en cualquier indicador, inversión, libertad de prensa, derechos, en todos, estamos peor», aseveró.

El senador Alejandro Guillier, aspirante de buena parte del oficialismo de centroizquierda y que marcha segundo en las sondeos, presentó en tramos de su intervención un conjunto de políticas para estimular el crecimiento del país, de 17,2 millones de habitantes.

Pero no había mucha gente escuchando. Cuando comenzó su discurso una parte importante de la audiencia comenzó a retirarse.

Guillier dijo que Chile «necesita cambios estructurales, y en ese sentido debemos fomentar la descentralización».

Finalmente, la senadora Carolina Goic (DC) planteó en su intervención que «el crecimiento es fundamental, pero tiene que ir de la mano del bienestar social».

«Nuestra estrategia tiene que ver con crecer en base a mejorar nuestra productividad y diversificación productiva», subrayó Goic.

Publicidad

Tendencias