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Aníbal Mosa, ¿una vuelta al pasado?

Aníbal Mosa, ¿una vuelta al pasado?

Este viernes el empresario de origen sirio y fanático colocolino asumirá en propiedad la presidencia de Blanco&Negro. Es una incógnita si sabrá reposicionar al club a la altura a la que llegó en los años 90 o, como lo han insinuado algunas reflexiones suyas, apostará por el populismo y la inmediatez, una política que ya llevó a la institución a sonados colapsos históricos.


Hasta hace un mes, la Junta de Accionistas de Blanco&Negro de este viernes 24 de abril asomaba como un trámite para la asunción de Anibal Mosa como presidente y la continuidad de Héctor Tapia en la banca de Colo Colo.

Pero todo cambió por culpa del alejamiento de la corona número 31 y de la eliminación en la Copa Libertadores, merced a una sucesión de derrotas impensadas en el otrora inexpugnable Estadio Monumental.

De la noche a la mañana el empresario sureño deberá olvidarse del continuismo y en cambio resolver un proyecto que reponga al club en el sitial nacional que recuperó efímeramente hace un año con la obtención de la “30”, y la aparición de un joven ex jugador destinado a ser el técnico que lo consolidaría como el grande de Sudamérica que fue alguna vez.

Hoy todo está en entredicho. Hasta la capacidad de Mosa para no errar en las apremiantes decisiones que debe adoptar.

Por ahora, sus señales remiten a su condición de hincha más que de presidente.

Cercanía con el plantel, al punto de ser su dirigente favorito, y promesas pecuniarias a jugadores emblemáticos caracterizaron su actuación como un subalterno ambicioso. Ad portas de ocupar la presidencia de la sociedad anónima ha sumado otros deseos confesos que lo perfilan como un líder ávido de éxitos conseguibles recorriendo el camino fácil o que él cree más seguro: el dar el gusto a la masa que nada sabe del largo plazo y de la consecuencia.

Así se explica su intención de darle a Iván Zamorano un puesto clave en la gestión deportiva institucional y de traer al “Mago” Valdivia para que haga lo propio, pero dentro de la cancha.

Nadie sabe la capacidad de “Bam Bam” como gestor deportivo. Sólo sabemos de su fracaso deportivo-empresarial enclavado en el sector oriente de Santiago. Obviamente, a Mosa le interesa más el prestigio goleador que su posible lucidez para liderar un proyecto mayor que deje atrás los titubeos de las anteriores administraciones de Blanco&Negro.

Del “Mago” estamos informados de sus prolongadas ausencias en Palmeiras y de su auspicioso regreso al torneo paulista, sugiriendo en el imaginario colectivo una recuperación que, como es sabido, en su caso nunca se puede apostar como definitiva.

Es quizás su preferencia por Valdivia la señal más riesgosa sobre la sabiduría de Mosa para conducir a Colo Colo.

A estas alturas del año está claro que una explicación del derrumbe albo en el último mes es la sobrepoblación de veteranos en el plantel. Algunos rindieron más que otros, pero ninguno de ellos soportó en buenas condiciones la doble exigencia del Campeonato de Clausura y la Copa Libertadores. Sucumbieron cada vez que fueron sometidos a exigencias físicas superiores, partiendo por los que fueron citados a la Roja.

Y pese a esa constatación, Mosa quiere traer a un talento que debe ser cuidado entre algodones para que pueda rendir.

A la luz de lo ocurrido, ¿estará repensando Mosa su apuesta por Valdivia?

Pregunta que debe sumarse a otra, también crucial: ¿mantendrá a Héctor Tapia?

Difícil disyuntiva para alguien que ha cultivado una relación cercana con el joven entrenador.

En la balanza deberá poner el reposicionamiento del equipo logrado por Tapia versus los graves errores de fondo cometidos luego de la obtención de la trigésima estrella.

Los tres últimos fracasos albos -Apertura 2014, Clausura 2015 y Copa Libertadores- se explican en las malas decisiones tomadas por el estratego para la conformación del plantel. Lo redujo a límites mínimos y lo envejeció imprudentemente. No hubo casi términos medios. De un lado, once jugadores sobre los 30 años; del otro, una quincena de chicos menores de 19, incapaces todavía de asumir responsabilidades mayores. Al medio, un puñado exiguo de jugadores en plenitud física y futbolística. Con tal desequilibrio, fue imposible terminar en alto.

Son muchos los datos de la causa que no sabemos si el empresario está resuelto a ponderar.

Renovar y rejuvenecer el plantel parece aconsejable. Darle mayores responsabilidades a los canteranos sería bueno para el futuro del club. Contratar a algunos refuerzos que aporten vigor y talento es urgente.

Que Mosa esté convencido de todo aquello está por verse.

Este viernes seguramente deberá dar algunas señales de su hoja de ruta. Por el bien de Colo Colo, ojalá apueste por el futuro y no vuelva al pasado con la insistencia en jugadores envejecidos y decisiones populistas que ponen en riesgo a la institución.

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