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Perú, con el ojo del «Tigre»

Perú, con el ojo del «Tigre»

El argentino Ricardo Gareca conduce la renovación futbolìstica de una Selección peruana que sale al camino de Chile con el anhelo de ser su aguafiestas en la Copa América.


Los 57 años de Ricardo Gareca condensan toda la experiencia futbolística acumulada por un ex goleador internacional de renombre en clubes y Selección así como de un entrenador en desarrollo que no adhiere a la moda del Bielsismo ni cierra filas a ultranza con Pep Guardiola, sino que elige un molde clásico para su propuesta en la cancha.

En Perú ya lo conocían de su título con Universitario de Lima, pero recién ahora en la Selección albirrroja se ganó el respeto y reconocimiento masivo tras la campaña que hoy le tiene en semifinales de la Copa América, dispuesto a ser aguafiestas de la fiesta de Chile.

“Nos gusta su sentido común, su lógica para manejar vestuarios y su perfil ganador”, es la definición que hace del Tigle el ex crack peruano Juan Carlos Oblitas, actual director deportivo de la FPF e impulsor de su llegada al comando técnico nacional.

La primera Selección que conduce en su carrera lo encuentra en una etapa de crecimiento y maduración, perfilado como un técnico de conceptos clásicos, sin la tentación mediática de ser un bielsista arriesgado y voraz. De métodos tradicionales y asertivos. sin disciplina militar, Gareca se maneja tácticamente con una línea de cuatro defensas, aunque no desdeña eventualmente la línea de tres zagueros. Y del medio hacia arriba es basdtante flexible, dàndole prioridad al estilo de los jugadores por sobre la cárcel táctica de un esquema.

Luego de su tetracampeonato con Vélez Sarsfield en Argentina lo tentaron las federaciones de Paraguay y Cosa Rica, pero finalmente los peruanos conformaron sus expectativas econòmicas para un proyecto de largo plazo que tiene como objetivo la pròxima Copa del Mundo. En rigor,. el currículum de Gareca es extenso, con tres pasos muy exitosos: Talleres (asciende al equipo y gana la Copa Conmebol), la ‘U’ de Perú (suma el Apertura) y Vélez (cosecha cuatro títulos de campeón). No le fue bien en San Martín, Colón, Argentinos, Quilmes, Independiente, Santa Fe, Elche y Palmeiras, mientras que en América de Cali debió renunciar por razones extrafutbolísticas.

Al fin, Ricardo Gareca conoce al fútbol chileno de adentro y afuera del campo, desde aquella época en que lidiaba con los zagueros nacionales intentando imponer su tremendo instinto goleador en el área. En la actualidad, con el ojo del Tigre más aguzado que nunca, el técnico ya sepultó sus laureles de goleador insigne y se empeña en devolver a Perú la gloria de su rico pasado…

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