El mallorquín, en su peor temporada, pasó a semifinales en el Masters de Londres gracias a un triunfo contundente sobre Andy Murray. Lo mejor es que lo hizo jugando en un nivel superlativo.
Hoy jugó el mejor Rafael Nadal de 2015. En una cancha que ni le acomoda ni le gusta, en un torneo que jamás ha ganado y ante un Andy Murray que ha jugado muy bien durante toda la temporada.
Pero tal como en su primer partido ante Wawrinka, y todavía más, el español se mostró agresivo y contundente, cometió muy pocos errores y barrió de la cancha al escocés, quien se mostró no sólo sorprendido sino también impotente ante el juego inspirado de Nadal, que se llevó la victoria por 6-4 y 6-1 en menos de una hora y media.
Rafa fue no sólo contundente con su drive y seguro con su revés, sino que volvió a encontrar, como antaño, las líneas de la cancha. Además de ser profundo, no titubeó un instante, y volvió a mostrarse confiado y poderoso. Como el mago que ha sido durante tantos años y que en esta temporada, como él mismo comentó en un momento, tenía una lesión difícil de superar: “Estoy lesionado de la mente”.
Hoy, no. Hoy fue pura magia.
Asumió riesgos y ganó casi siempre. Golpeó rápido y con tiros esplendidos acabó rápidamente con cada game. En el primer set pudo y debió conseguir una ventaja mayor (dejó escapar cinco break points), pero todo se resolvió en el décimo juego, sin permitirle ganar un punto a Murray con su propio servicio.
Así también comenzó la segunda manga y ese fue el envión anímico que Nadal necesitaba para desplegar sus alas y desempolvar su galera.
No le dio respiro a Murray y lo sacudió de lado a lado hasta convertirlo en un muñeco incapaz de contrarrestar el poder de su adversario. Como en sus mejores tiempos.
Pero como está lejos de sus mejores tiempos, la duda es si tendrá lo suficiente como para realmente luchar por el título. Por de pronto, en el Grupo Ilie Nastase ya se dio el lujo de vencer al número 4 y al número 2 del mundo.
Él, que ha ganado en los cuatro “grandes”, que ganó el oro olímpico y la Copa Davis, ¿podrá ganar el Masters en su peor temporada? Hace un mes, el simple hecho de formular la pregunta habría sido un disparate. Hoy es una opción válida, sobre todo luego de que Roger Federer comprobara ayer que Novak Djokovic no es indestructible.
Por la tarde, el suizo Stanislas Wawrinka superó con mucha más estrechez de lo que indican las cifras al español David Ferrer y con eso confirmó la clasificación de Nadal a semifinales.
El helvético ganó por 7-5 y 6-2, en una hora y 33 minutos, pero en el primer set estuvo 5-2 abajo y Ferrer lo superaba con claridad en la cancha del O2 londinense.
Lo que sucedió en ese momento sólo podría explicarlo Ferrer (si es que puede), porque sencillamente su luz se apagó de improviso y Wawrinka, desconcertado y opaco hasta ese momento, tomó la “vida” de su rival y asestó cinco golpes seguidos y al mentón para quedarse con el set y luego para borrarlo en la segunda manga.
Ferrer, cada vez más impreciso y acelerado, dio la sensación de que ya había perdido el partido en el primer set y no se levantó más. Es el primer eliminado del torneo.
Mañana se definirá el Grupo Stan Smith, con los partidos entre Roger Federer y Kei Nishikori y, por la tarde, Novak Djokovic ante Tomas Berdych.
