En el duelo entre el Vitesse y el Twente, válido por la liga holandesa, ocurrió un curioso hecho. Foor, volante del equipo local, derribó al árbitro del partido con una barrida, mientras peleaba un balón con un rival. El jugador acusó exageración del juez, por lo que le quitó la tarjeta amarilla y lo amonestó. Árbitro y jugador se dieron la mano y todos los presentes comenzaron a reír.