
Le encantan, sobre todo, los de vampiros y hombres lobos.
A su marido, en cambio, no le gustaban nada. Cuando se casaron, le pidió que se quitara varios y hasta pagó por las cirugías.
Pero, desde que falleció, Coope ha vuelto a tatuarse.

Le encantan, sobre todo, los de vampiros y hombres lobos.
A su marido, en cambio, no le gustaban nada. Cuando se casaron, le pidió que se quitara varios y hasta pagó por las cirugías.
Pero, desde que falleció, Coope ha vuelto a tatuarse.
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