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Aumenta la alarmante brecha entre ricos y pobres en Estados Unidos

Según el economista Jared Bernstein, del Economy Police Institute, la recesión del 2001 fue seguida por un proceso de recuperación económica que fue particularmente injusto, porque dejó atrás a los hogares más humildes. El sueldo mínimo no ha sido reajustado desde septiembre de 1997, y durante el lapso transcurrido desde entonces su valor real ha sido erosionado por la inflación.


Pese al periodo de recuperación y fuerte crecimiento económico experimentado por la economía estadounidense tras la crisis del año 2001, la brecha que separa a ricos y pobres en ese país aumentó en este lapso.



Los informes más recientes divulgados por el gobierno de los Estados Unidos subrayan que, en lugar de crecer, la pobreza se ha mantenido estable en Estados Unidos durante la administración del Presidente George W. Bush. Aunque la afirmación es estadísticamente correcta, la verdad que se oculta detrás de los índices no es tan positiva. Mientras efectivamente la pobreza no aumentó, el ingreso promedio de los hogares si creció en un 1.1 por ciento entre los años 2004 y 2005, lo que implica que la desigualdad entre ricos y pobres se incrementó en ese país.



Pero las malas noticias no terminan ahí. De acuerdo a un estudio realizado por el Center on Budget and Policy Priorities (CBPP) de Washington, el aumento del ingreso promedio en el 2005 fue esencialmente producto de un aumento del ingreso en los hogares de adultos mayores. En el caso de los hogares de familias jóvenes, de clase trabajadora, el ingreso medio disminuyó en un 0,5 por ciento. Desde el año 2001, el ingreso medio de las familias jóvenes decayó en un 3,7 por ciento, equivalente a unos 2.000 dólares.



Según el economista Jared Bernstein, del Economy Police Institute (EPI) -otro centro de estudios independiente basado en Washington- la recesión del 2001 fue seguida por un proceso de recuperación económica que fue particularmente injusto, porque dejó atrás a los hogares más humildes. En nada quedaron las promesas que les hicieron el Presidente Bush y los congresistas republicanos, al momento de reducir sustancialmente los impuestos para los más acaudalados y las empresas.



Se suponía que esas reducciones de impuestos, combinadas con las bajas tasas de interés de la Reserva Federal y el despegue del mercado de propiedades, traerían una rápida recuperación económica que beneficiaría al conjunto de la sociedad estadounidense. Pero no fue así. Ahora las tasas de interés están al alza, el mercado de las viviendas está deprimido y el golpe vitamínico de los recortes de impuestos se ha desvanecido.



Serán las familias más humildes, que obtuvieron poco o ningún beneficio durante el periodo de recuperación que siguió a la crisis del 2001, las que tendrán que soportar los mayores golpes del proceso de desaceleración que está experimentando la economía estadounidense ahora.



Según la Oficina de Censos, el índice Gini, que es empleado para medir la falta de equidad en el ingreso, ha aumentado en un 4,2 por ciento desde 1995 en los Estados Unidos. El más acaudalado 20 por ciento de los hogares estadounidenses recibe hoy el 50,4 por ciento de los ingresos brutos del país, mientras que el 20 por ciento más pobre recibe apenas el 3,4 por ciento. El ingreso real medio del 10 por ciento de los hogares situados en el tramo más alto de la escala económica aumentó en un 13 por ciento en los últimos diez años, mientras que el ingreso real medio del 10 por ciento más pobre sólo creció en un magro 2,3 por ciento.



Sueldo mínimo al nivel más bajo en 51 años



Una de las señales que confirman que el repunte económico no contribuyó a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores más humildes, sino que benefició a las personas situadas en los niveles más altos de la escala de ingresos, es la disminución del valor del sueldo mínimo



El poder adquisitivo actual del sueldo mínimo federal es el más bajo desde el año 1955. La situación es resultado del desinterés del Congreso y del gobierno federal bajo las administraciones de los presidentes Bill Clinton y George W. Bush. El monto actual del sueldo mínimo -cinco dólares con quince centavos la hora- no ha sido reajustado desde septiembre de 1997, y durante el lapso de casi nueve años transcurrido desde entonces su valor real ha sido erosionado por la inflación. Como resultado, ha perdido el 20 por ciento de su poder adquisitivo.



La ley que establece el sueldo mínimo en Estados Unidos data del año 1938, pero no incluye ningún mecanismo para su reajuste automático, de acuerdo al alza de la inflación u otro parámetro. La tarea de reajustar su valor recae sobre el Congreso, que no siempre lo hace con la regularidad necesaria.



Mientras el Presidente Bush reitera sus promesas de que reconstruirá Nueva Orleáns, la estadísticas económicas reflejan los verdaderos intereses de su gobierno, que en lugar de trabajar para reducir la brecha entre ricos y pobres se ha esmerado en beneficiar a las elites económicas.



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José Higuera. Periodista, cientista político, Magíster en Relaciones Internacionales y Seguridad y candidato a Doctor en Relaciones Internacionales. Secretario técnico de la Comisión de Defensa del Partido Por la Democracia (PPD). Analista e investigador en América Latina para la editorial Jane’s del Reino Unido, especializada en tema estratégicos.




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