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Moscú mantiene invariable su postura sobre el escudo antimisiles

El canciller ruso, Serguéi Lavrov, explicó que sigue sobre la mesa la propuesta rusa de crear «un sistema colectivo, que sería regional y en el que participarían Rusia, Estados Unidos y varios países europeos».


Rusia anunció este jueves que mantiene invariable su postura contraria al despliegue en la República Checa y Polonia de elementos del escudo antimisiles norteamericano en vísperas de la visita a este país del presidente de Estados Unidos, George W. Bush.



«Nuestra postura es simple. Estamos convencidos de que la mejor forma de que minimizar la inquietud rusa en relación al escudo antimisiles es renunciar a ese plan», aseguró Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso en rueda de prensa.



Lavrov subrayó que sigue sobre la mesa la propuesta rusa de crear «un sistema colectivo, que sería regional y en el que participarían Rusia, Estados Unidos y varios países europeos».



«Esa propuesta se basa en la supervisión conjunta de la situación para detectar al mismo tiempo las amenazas y tomar conjuntamente medidas para neutralizar esas amenazas, si es que surgen», dijo.



El jefe de la diplomacia rusa recordó que la propuesta norteamericana «fue presentada de manera unilateral sin consultas con Rusia o los países europeos».



Ahora, añade, «los colegas estadounidenses renuncian a planes unilaterales y proponen diferentes medidas de transparencia y confianza para que nosotros veamos que el tercer sector posicional, que desgraciadamente EEUU se dispone a desplegar, a pesar de todo, no está dirigido contra Rusia».



«Estamos estudiando esas propuestas, pero la postura de principio sobre cómo mejor contrarrestar las potenciales amenazas de la proliferación de misiles se mantiene invariable», dijo.



Lavrov hizo estas declaraciones al día siguiente de que Bush anunciara que el próximo 6 de abril se reunirá en el balneario ruso de Sochi (mar Negro) con el presidente ruso, Vladímir Putin, para resolver las diferencias existentes sobre el escudo.



«Esperamos avanzar en nuestro diálogo para que en algún momento podamos alcanzar un acuerdo sobre este importante asunto», declaró Bush, que asistirá la próxima semana a la cumbre de la OTAN en Bucarest.



La pasada semana las consultas sobre el escudo mantenidas en Moscú por los secretarios de Estado y de Defensa de EEUU, Condoleezza Rice y Robert Gates, y los ministros rusos de Exteriores y de Defensa, Serguéi Lavrov y Anatoli Serdiukov, concluyeron sin avances.



Eso sí, Rusia y Estados Unidos acordaron diseñar un nuevo acuerdo marco estratégico que regirá sus relaciones incluso tras el cambio este año de las administraciones en ambos países.



Rusia considera que los planes de EEUU -la instalación de un radar en la República Checa y una base de misiles interceptores en Polonia- son una «amenaza directa» para su seguridad.



Putin incluso advirtió a mediados de febrero que Moscú apuntaría con sus misiles a todo país europeo que acoja en su territorio elementos del sistema defensivo norteamericano.



El líder ruso propuso en junio de 2007 a Bush la utilización conjunta del radar azerbaiyano de Gabalá, que se encuentra a unos 200 kilómetros de la frontera iraní.



Además, también le planteó la posibilidad de compartir otra estación que Rusia está construyendo cerca del mar Negro.



Washington no descarta el uso conjunto de Gabalá, pero niega que éste sea una alternativa al escudo, cuyo objetivo declarado es defenderse de posibles ataques con misiles por parte de regímenes denostados como Irán o Corea del Norte.



EFE

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