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Lula intenta limar asperezas con Argentina tras Doha

El presidente de Brasil inició este domingo una visita de dos días a Buenos Aires en la que intentará disminuir la tensión entre ambos países por recientes roces en materia comercial, en las fallidas negociaciones de la Ronda de Doha. Caracas, en tanto, aspira integrarse más activamente al Mercosur.


BBCMundo.com

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Tras llegar a Buenos Aires este domingo, el mandatario brasileño tiene previsto reunirse con su par argentina, Cristina Fernández, el lunes.



A la cita entre Lula y Fernández se sumará luego el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien a último momento confirmó su participación en un encuentro tripartito para tratar asuntos de integración.



Chávez, quien permanecerá en Argentina hasta el martes, dijo que la reunión con sus pares sudamericanos fue acordada durante la última cumbre del Mercosur (Mercado Común del Sur), celebrada en la ciudad argentina de Tucumán a principios de julio.



«La integración con Brasil es una necesidad», dijo el sábado Fernández, durante la primera conferencia de prensa de su gestión.



«También es importante la presencia del presidente Chávez, porque Venezuela debe ingresar plenamente al Mercosur para cerrar la ecuación de industria, alimentos y energía en Sudamérica».



La incorporación venezolana al bloque comercial aún debe ser aprobada por los parlamentos brasileño y paraguayo.



Roces



Fernández adelantó que discutirá con Lula los recientes roces entre Argentina y Brasil en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC).



Los dos países se colocaron en veredas opuestas durante el intento de destrabar las negociaciones de la Ronda de Doha para liberalizar el intercambio global, que fracasó la semana pasada.



Brasil aceptó la exigencia de reducir la protección sobre la industria planteada por las naciones ricas para poder llegar a un acuerdo.



Mientras que Argentina y otros de sus aliados rechazaron ese requerimiento por temor a una apertura excesiva del sector y porque, a su juicio, no obtuvieron de la Unión Europea y Estados Unidos suficientes garantías en la eliminación de subsidios agrícolas.



Los representantes argentinos acusaron a los brasileños de «darles la espalda» y de «actuar solos» ante las grandes potencias. Pero el canciller Celso Amorim lo negó, asegurando que Brasil «no se distanció» de sus socios, sino que privilegió la meta de mantener viva la Ronda de Doha.



«En la hora crucial y al calor de las negociaciones, era necesario hacer opciones. Sabíamos que había una diferencia de postura con la Argentina, y nuestra posición no podía quedar totalmente rehén de ella», explicó.



«Polvareda»



Por su parte, el portavoz de Lula, Marcelo Baumbach, dijo que tras el fracaso de las conversaciones de la OMC ambos países estaban «dejando asentar la polvareda» y que el mandatario brasileño plantearía en Buenos Aires seguir apostando a la unidad.



«No existe una política comercial uniforme en el Mercosur y por encima de todas las divergencias está la idea de que se debe proseguir en la integración, que es el camino para resolver los problemas», añadió Baumbach.



Por su parte, la presidenta Fernández calificó lo sucedido en la OMC como una «discusión de intereses».



«Nosotros tenemos un desarrollo industrial menor que Brasil y no nos convenía la propuesta de los países desarrollados. Sin embargo, que tengamos diversidades y procesos económicos diferentes no significa que se puedan articular objetivos comunes».

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