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China ampliará línea de tren maglev pese a protestas por falta de seguridad

El proyecto final contempla extender la línea 199,4 kilómetros, en lugar de los 175 previstos en un principio, con una sección que conectará Shanghai y Hangzhou, situada en la vecina provincia de Zhejiang, y otra menor que conectará los dos aeropuertos de Shanghai, informó hoy el diario «Shanghai Daily».


La ampliación de la línea del tren de levitación magnética («maglev») de Shanghai, la más rápida del mundo en uso comercial, que unirá la metrópoli china con la ciudad de Hangzhou, a 175 kilómetros, acaba de ser aprobada sin cambios en la seguridad, después de ser aplazada por las protestas de los vecinos.



Según el Gobierno provincial de Zhejiang, las obras comenzarán en el 2010, año previsto en el plan original para su conclusión, a tiempo para la Exposición Universal de Shanghai, antes de que fuera suspendido en mayo del 2007 por las quejas de miles de vecinos de la ciudad.



Los afectados por la ampliación del maglev protestaron entonces por el impacto ambiental y sobre la salud que podrían tener sus potenciales radiaciones, además de hacer sus barrios poco populares, lo que devaluaría el precio de sus viviendas.



A pesar de que el alcalde de Shanghai, Han Zheng, aseguró que tendrían en cuenta las opiniones de los ciudadanos, e incluso anunció un sondeo sobre la ampliación, el proyecto final no ha variado y contempla un pasillo de seguridad de 22,5 metros a cada lado de la vía.



El pasillo, una zona arbolada, debe estar situado entre las zonas habitadas y los carriles magnéticos elevados sobre los que flota el tren, sin embargo, esos 22,5 metros están muy lejos de los 300 metros recomendados por las directivas alemanas de los creadores de la tecnología, y de los 150 metros que aparecían en el primer borrador de la ampliación.



El pasado diciembre, un informe de la Academia de Ciencias Medioambientales de Shanghai aseguró que el impacto del tren sería mínimo, y recomendó que el pasillo de protección se mantuviera en 22,5 metros de ancho siempre que la velocidad del tren no sobrepasase los 200 kilómetros por hora en zona urbana, lo que ocasionó nuevas protestas.



El maglev puede alcanzar una velocidad de hasta 450 kilómetros por hora, lo que supone sólo 26 minutos entre Shanghai y Hangzhou, aunque en el 2009 comenzará la construcción de una línea ferroviaria de alta velocidad que unirá ambas ciudades en 30 minutos.



El proyecto costará 22.000 millones de yuanes (2.169 millones de euros, 3.201 millones de dólares), por debajo de la inversión inicial prevista, de 35.000 millones de yuanes (3.451 millones de euros, 5.092 millones de dólares) y estará completado en el 2014, con lo que se convertirá en la primera línea comercial de un tren magnético entre dos ciudades.



En la actualidad, el maglev de Shanghai une el aeropuerto internacional de Pudong, a unos 60 kilómetros de la ciudad, con la estación de metro de Longyang lu, todavía en las afueras.



EFE

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