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La industria brasileña en caída récord

En una nueva señal de que la crisis económica mundial se sigue expandiendo, Brasil anunció que su actividad industrial en diciembre sufrió su mayor caída mensual desde que se creó el índice de producción, en 1991.


La actividad de diciembre fue un 12,4% menor que la del mes anterior, una cifra que superó los pronósticos del mercado, que -pese a la evidente crisis económica global- no esperaban una caída tan brusca.

El índice también significó una contracción del 14,5%, en comparación a diciembre de 2007.

El Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), que dio a conocer las cifras, indicó que hubo una caída en 25 de las 27 actividades industriales medidas. La más afectada fue la industria automotriz, que se redujo un 39,7% entre noviembre y diciembre.

Brasil tiene un déficit comercial de US$518 millones, la primera cifra negativa en ocho años. Sólo la industria de celulosa y papel y la de equipos de transporte experimentaron un alza, de 0,4% y 6,7%, respectivamente.

En un comunicado, el IBGE señaló que la «caída generalizada fue especialmente marcada por el movimiento de sectores más sensibles a la restricción de crédito y a la caída de las exportaciones de commodities».

La noticia significó un nuevo revés económico para Brasil, que el lunes anunció un déficit comercial de US$518 millones, su primera balanza comercial negativa en ocho años.
Con las mediciones de diciembre, Brasil cerró 2008 con un crecimiento del 3,1%, gracias sobre todo al impulso de la primera mitad del año.

Preocupación

El anuncio de que la principal economía de América Latina sufre una fuerte desaceleración prendió señales de alerta en la región.

Juan Carlos Lascurain, presidente de la Unión Industrial Argentina -el principal socio latinoamericano de Brasil- admitió sentir «preocupación», aunque señaló que aún faltaba «esperar a que pasen los primeros meses del año para tener un panorama certero».

Pero para el economista argentino Ernesto Kritz, el hecho de que la caída en la producción haya sido tan brusca, sumado a otros factores como el anuncio reciente de Brasilia de que se perdieron cerca de 650.000 puestos de trabajo en diciembre, habla de un mal pronóstico.

«Esto es un indicador de que la economía brasileña puede estar en recesión», dijo a BBC Mundo.

Según el experto, lo que pasa en Brasil siempre afecta a sus vecinos, porque el país «ha sido el motor de crecimiento regional».

Pero para Kritz el impacto va aún más lejos: una posible recesión brasileña significa no sólo un dolor de cabeza para América Latina, sino que «es una preocupación para la salida de la crisis en el mundo».
Además cree que es un nuevo indicio que echa por la borda la teoría del «desacople», según la cual los mercados emergentes no se verían afectados por la crisis financiera en los principales mercados mundiales.

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