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Libia: aumenta la presión sobre Muammar al Gadafi

Al menos 2.300 tunecinos han logrado escapar de ese país en las últimas horas. Bulgaria pidió a sus ciudadanos que salgan del país y la Unión Europea estudia plan de evacuación de los residentes comunitarios. Todo esto en medio de una escalada de protestas que imponen más presión sobre el líder libio y las reacciones del mundo que condenan la represión.


En Libia reinan la confusión y el caos. Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) discuten durante esta jornada su posición ante la ola de protestas en Libia y la posibilidad de evacuar a los ciudadanos comunitarios ante la violencia en el país.

Según fuentes comunitarias, la reunión de este lunes puede cerrarse con una condena a la represión violenta de las manifestaciones por parte de las autoridades libias, en línea con la declaración oficial hecha ayer por la Alta Representante, Catherine Ashston.

En ella, la jefa de la diplomacia europea exigía al régimen de Muamar al Gadafi detener inmediatamente el uso de la fuerza y le urgía a escuchar las «legítimas demandas» del pueblo.

«Queremos decirle a las autoridades libias que tienen que dejar que los manifestantes, de forma pacífica, puedan expresar libremente sus opiniones y ejercer libremente sus derechos y que no se puede usar la violencia contra esas personas», dijo a su llegada a la reunión la ministra española, Trinidad Jiménez.

En una línea similar, el ministro de Exteriores británico, William Hague, aseguró que la «credibilidad del Gobierno libio» se ha visto «dañada por su fracaso a la hora de proteger a su propia gente y responder a sus legítimas reivindicaciones».

Según se supo ayer, Libia -una de las principales rutas para el paso de inmigrantes africanos hacia Europa- ha amenazado a la UE con dejar de cooperar en materia de inmigración si desde Bruselas se siguen respaldando las manifestaciones.

A su vez, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Bulgaria ha urgido a sus ciudadanos a que abandonen inmediatamente Libia, mientras se elabora un plan de evacuación de los 500 búlgaros que residen en ese país sacudido por duras protestas antigubernamentales.

Italia también desaconsejó los viajes a ese país y algunas plantas petroleras han  ordenado evacuar a su personal.

Condenas

La canciller alemana, Angela Merkel, también se refirió al tema y condenó con dureza la violenta represión en Libia. «Nuestro mensaje a los responsables políticos en el país es que garanticen la libertad de reunión de todos aquellos que quieran manifestarse de forma pacífica y busquen el diálogo con la población», citó el portavoz del gobierno, Steffen Seibert.

En medio de las condenas mundiales, el colectivo de residentes libios en España pidió también al gobierno español y a la Unión Europea que condenen los «crímenes contra la humanidad» que está cometiendo en su país el régimen «genocida» de Muamar al Gadafi.

El último dirigente soviético, Mijaíl Gorbachov, se sumó a las reacciones por las manifestaciones en el mundo árabe y señaló que éstas son espontáneas, ya que sus poblaciones «no tienen nada que perder».

«Los árabes quieren alcanzar la libertad y después extenderla. La gente huye del abrazo de la miseria y no tiene nada que perder», afirmó Gorbachov, citado por las agencias rusas.

Gorbachov negó que alguna potencia esté detrás de las protestas en Túnez, Egipto o Libia, aunque llamó a Occidente a no aprovecharse del vacío de poder.

«Es importante que los países europeos y Estados Unidos actúen con responsabilidad ante lo que está ocurriendo y que no jueguen sus cartas», dijo.

Gorbachov, que relacionó las protestas árabes con las aspiraciones de libertad de todos los pueblos del mundo, considera aceptable la interferencia exterior sólo para evitar un baño de sangre.

Desde España, los libios residentes en ese país europeo reaccionaron enérgicos sobre los últimos hechos ocurridos en su nación de origen. «Silenciar esos crímenes y matanzas no sería únicamente contrario a los más elementales valores morales o éticos, sino que debería ser interpretado como complicidad con el régimen», expresó en un comunicado la Casa Libia, ubicada en Bilbao –al norte de España– y que agrupa a residentes libios en Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga, Cantabria y el País Vasco.

La agrupación exigió también al embajador y a todo el cuerpo diplomático libio en España que presenten su dimisión «de forma inmediata» ya que representan a un «régimen genocida que comete crímenes contra su propio pueblo».

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