Publicidad
BBC News Mundo

¿Estaba Pakistán protegiendo a Osama bin Laden?

Un día después de la muerte del líder de al-Qaeda, la pregunta que recorre los pasillos del poder en todo el mundo es ¿es posible que viviera durante varios años a sólo 100 km. de Islamabad sin que los servicios secretos paquistaníes lo supieran?.


Ahora que Osama bin Laden está muerto, la pregunta obligada es: ¿cuánto sabían los funcionarios paquistaníes sobre su paradero? ¿Le ayudaron a ocultarse?

Luego de la noticia de su muerte, los legisladores estadounidenses se preguntaban indignados cómo era posible que Bin Laden viviera en una residencia de un millón de dólares cerca de la capital sin que ninguna autoridad local supiera sobre su presencia allí.

Los servicios de inteligencia de Pakistán (ISI, por sus siglas en inglés) dijeron estar «avergonzados» por el fracaso de sus intentos por ubicar a Osama bin Laden.

Pero ¿realmente era posible que no supieran nada, considerando que el hombre más buscado del mundo vivía en una fortaleza ubicada a menos de un kilómetro de la principal academia militar del país -el equivalente al West Point estadounidense- , en una población afluente a sólo 100 kilómetros de la capital?

«Creo que esto nos dice una vez más que, por desgracia, Pakistán a veces está jugando un doble juego», señaló el lunes la senadora republicana Susan Collins, miembro de la Comisión de Servicios Armados del Senado.

Collins y otros congresistas dijeron que es momento de revisar los miles de millones de dólares en ayuda que Washington le envía a Pakistán para la lucha contra al-Qaeda.

John Brennan, asesor de alto rango del presidente Barack Obama en temas relacionados con terrorismo, dijo que era «inconcebible que Bin Laden no hubiera tenido un sistema de apoyo en el país que le haya permitido estar ahí por un largo período de tiempo».

Sin embargo, luego de horas de silencio, el presidente paquistaní, Asif Ali Zardari, señaló en un texto publicado en el diario The Washington Post que el paradero del líder de al-Qaeda no era conocido por las autoridades de su país y que él no sabía sobre el operativo donde se le dio muerte.

No conjunta

La muerte de Osama bin Laden a manos de fuerzas estadounidenses no fue una operación conjunta con Pakistán, agregó el presidente.

«Aunque los eventos del domingo no fueron una operación conjunta, una década de cooperación y sociedad entre Estados Unidos y Pakistán condujeron a la eliminación de Osama bin Laden como una amenaza continua para el mundo civilizado», agregó, aunque hizo poco por disipar las preguntas sobre cómo Bin Laden pudo vivir cómodamente seis años cerca de Islamabad sin que los servicios secretos lo supieran.

Como señala Aleem Maqbool, corresponsal de la BBC en Abbottabad (ciudad donde fue hallado Bin Laden), las dudas que generan las palabras de Zardari serán difíciles de disipar.

Quizás sospechando del doble juego, EE.UU. no les informó nada a las fuerzas paquistaníes sino hasta después de finalizado el operativo.

Pero para Maqbool, «es interesante que Pakistán esté haciendo tanto hincapié en que no estuvo involucrado, pues está preocupado por una reacción militante». Como recuerda el corresponsal, hay miles de talibanes en las áreas tribales para los cuales Bin Laden era un héroe.

Y como apunta Aamer Ahmed Khan, editor del servicio urdu de la BBC, hacerle creer al mundo que fracasó puede ser la única opción que tenía Pakistán para evitar responder preguntas que apuntarían directamente al corazón de su sistema de seguridad.

Paradoja

El «doble juego» de Pakistán en las relaciones con EE.UU. no es nuevo: mientras que desde el atentado del 11-S el gobierno central le ayuda a Washington a capturar a combatientes de al-Qaeda -a cambio de miles de millones de dólares-, partes de su ejército y su servicio secreto le han dado apoyo a los principales enemigos de Estados Unidos: a saber, los talibanes y su rama más temida, la red Haqqani.

Washington es plenamente consciente del doble juego y desde hace una década el papel de Pakistán ha sido una de las grandes paradojas de la «guerra contra el terrorismo» de Estados Unidos.

La revelación de que Bin Laden vivió durante años cerca de una guarnición militar amenaza con empeorar los ya tensos lazos de Estados Unidos con Pakistán.

Cabe recordar que el ex presidente paquistaní Pervez Musharraf, en una entrevista con la CBS, dijo que poco después del 11-S el subsecretario de Estado Richard Armitage lo había amenazado con que si no colaboraban en la lucha contra el terrorismo los bombardearían hasta devolverlos «a la Edad de Piedra».

En entrevista con la BBC, Richard Armitage dijo que no tiene ninguna duda de que, cuando pase la euforia por la muerte de Bin Laden, la relación entre Estados Unidos y Pakistán se verá bajo intenso escrutinio.

Armitage dijo que no era creíble que al menos algunos elementos dentro de la estructura de seguridad paquistaní no supieran de la presencia de Osama bin Laden en el país. «Mi sospecha es que sabían bastante», añadió.

«Creo que vamos a tener que reconsiderar nuestros paquetes de ayuda a Pakistán y cómo lidiamos con ellos en la arena internacional», agregó Armitage.

Aliado indispensable

Sin embargo Pakistán dista de estar indefenso en ese juego: su capacidad nuclear y su cercanía a Afganistán lo convierten en un aliado casi obligado para Washington.

Las relaciones entre ambos países llegaron a un punto bajo después de que un contratista de la CIA, Raymond Davis, matara a dos hombres en la ciudad paquistaní de Lahore a principios de este año.

A raíz del incidente, Pakistán pidió que más de 300 agentes de la CIA salieran del país.

Los ataques de aviones no tripulados de Estados Unidos, que en muchos casos matan a civiles, son otro ingrediente que enfurece a los paquistaníes.

Quizás para no enfurecer a Islamabad, tanto Obama como la secretaria de Estado, Hillary Clinton, destacaron el lunes que la captura de Bin Laden había sido fruto de «años de colaboración» entre autoridades de ambos países.

El martes, el primer ministro británico, David Cameron dijo que el liderazgo paquistaní daba «irrestricto apoyo» en la lucha contra el terrorismo.

Este ha sido el discurso público en torno a Pakistán en los últimos dos días. Aún no se sabe si, a nivel privado, el mensaje es mucho más fuerte.

Publicidad

Tendencias