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ONU pide rebajar la tensión con Irán e insta a Siria a parar la represión

El secretario general de Naciones Unidas se mostró «profundamente preocupado» por las sospechas del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OEIA) de que el programa nuclear iraní podría tener una «dimensión militar».


El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, comienza esta semana su segundo mandato al frente de ese organismo con las crisis de Irán y Siria entre sus grandes preocupaciones, y dispuesto a ayudar a los países que protagonizaron la «Primavera árabe» en su proceso de transición a la democracia.

«Estamos siguiendo de cerca la situación en Irán. Es importante que todas las partes se abstengan de retóricas negativas, intenten disipar las tensiones y encaren el asunto de una manera pacifica», manifestó este jueves el secretario general durante una entrevista con Efe.

Ban se mostró «profundamente preocupado» por las sospechas del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OEIA) de que el programa nuclear iraní podría tener una «dimensión militar».

El diplomático surcoreano consideró de «crucial importancia» que se rebajen las tensiones y que las autoridades de Teherán cumplan a rajatabla las resoluciones del Consejo de Seguridad y cooperen «totalmente» con el OIEA.

De esta forma, urgió al régimen de Mahmud Ahmadineyad a reanudar las negociaciones con la comunidad internacional para intentar resolver el asunto de su programa nuclear «a través del diálogo» y de forma pacífica.

«No hay mas alternativa que una solución negociada», advirtió el máximo responsable de la ONU durante la entrevista con Efe, en la que reiteró que el organismo internacional está preparado para facilitar ese proceso «cuando sea necesario».

Respecto a Siria, Ban se mostró «profundamente preocupado» por las reiteradas violaciones de derechos humanos en el país árabe e instó al régimen de Bachar al Asad a parar la represión y las matanzas.

«Estoy profundamente preocupado y consternado por la manera en que esta situación se prolonga desde marzo del año pasado. No podemos seguir esperando mientras muere más gente», advirtió.

En este contexto, destacó los últimos esfuerzos de la Liga Árabe para evitar nuevos derramamientos de sangre y facilitar el diálogo con Damasco, e indicó que está a la espera de conocer los detalles de la misión de observadores que se encuentra sobre el terreno.

La ONU, subrayó, está preparada para proveer «asistencia» técnica a esa misión si así se lo solicitan, un asunto que dijo haber abordado con el secretario general de la Liga Árabe, el egipcio Nabil al Arabi.

Ban también se refirió al conflicto entre palestinos e israelíes y celebró que ambas partes mantuvieran esta semana en Ammán el primer encuentro cara a cara en más de un año del que ha salido un compromiso para volver a reunirse en febrero.

«Me alienta saber que ambas partes han vuelto a reunirse y espero que sigan avanzando» en sus acercamientos, comentó el secretario general, quien aseguró que ha mantenido contactos con los líderes en la región para pedirles que aceleren el proceso de paz, y confió en que sean capaces de iniciar conversaciones «sinceras y genuinas».

Ban mostró su apoyo a las «legítimas» aspiraciones del pueblo palestino de ser admitido como miembro de pleno derecho en el seno de la familia de las Naciones Unidas, y reiteró su defensa de una solución de dos Estados.

Preguntado por las lecciones que deja la Primavera árabe, ahora que se cumple el primer año de las revueltas, el secretario general manifestó a Efe que los líderes deben escuchar «con sumo cuidado» las demandas y necesidades de sus pueblos, ya que se trata de «una responsabilidad básica» de cualquier político.

«Por eso, una de mis cinco prioridades es ayudar a esos países en su proceso de transición hacia la democracia», sostuvo Ban, quien destacó los anhelos de sus ciudadanos por vivir «con dignidad» y en sociedades democráticas que respeten sus derechos humanos.

Además, mencionó la importancia del desarrollo sostenible, «un imperativo del siglo XXI» para ayudar a millones de personas a salir de la pobreza, adoptar medidas preventivas para evitar desastres naturales, seguir trabajando para lograr un mundo más seguro, y situar el papel de la mujer en el centro de la agenda.

También citó la seguridad alimentaria, el acceso al agua potable o el cambio climático, «todos asuntos interconectados», y confió en que la próxima cumbre de junio en Río de Janeiro «sea un éxito» y ayude a encontrar una solución.

Sobre América Latina, destacó la diversidad de un continente que habla un mismo idioma y que ha demostrado los beneficios de la cooperación regional, con iniciativas como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

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