La jefa de Estado acusó una “militarización del Atlántico Sur” por parte de Inglaterra y defendió el uso de la diplomacia para resolver las diferencias con el país europeo. La viuda de Néstor Kirchner recalcó que “no nos atraen las vías de la guerra, ni las armas” y “no creemos en los trofeos de guerra”.
Cristina Fernández se hizo acompañar de gobernadores, intendentes, legisladores nacionales, empresarios, funcionarios y representantes de organizaciones sociales en un acto con ex combatientes de la guerra de las Malvinas realizado este martes en la Casa Rosada. Esto, en momentos de una fuerte tensión con Reino Unido, en vísperas de que el próximo 2 de abril se cumpla el trigésimo aniversario del inicio de la guerra por las islas.
En medio de altas expectativas, la presidenta argentina firmó un decreto que desclasifica el Informe final de la comisión encabezada por el general Agustín Rattenbach, sobre las irregularidades y delitos cometidos durante el conflicto de 1982 y que estaba protegido por secreto. El denominado “informe Rattenbach” será analizado por una comisión integrada por el Ministerio de Defensa y la Cancillería, que en 30 días determinará si algún contenido del documento no debe revelarse para no comprometer la seguridad interna, la defensa o las relaciones externas del país.
Tras este anuncio, la jefa de Estado llamó al primer ministro británico, David Cameron a “que le dé una oportunidad a la paz”.
Fernández sostuvo que la demanda argentina por Malvinas “se ha transformado en causa regional y global”. Aseguró que “es un anacronismo en el siglo XXI seguir manteniendo colonias. Hay sólo 16 casos en todo el mundo, 10 de Inglaterra”. Y puntualizó que “en estos días recrudece el reclamo de España por el Peñón de Gibraltar” en poder de Gran Bretaña.
Ovacionada por sus seguidores “la presidenta de los 40 millones de argentinos” destacó que no realizarán ninguna acción por fuera del marco de la diplomacia.
Según explicó, “no nos atraen las vías de la guerra ni las armas” y “no creemos en los trofeos de guerra”.
En esa línea, Fernández acusó una “militarización del Atlántico Sur” por parte de Inglaterra, por lo cual anunció que realizarán una presentación ante el Consejo de Seguridad de la ONU y ante la Asamblea General de Naciones Unidas. Ello por el envío a la zona en disputa del MS Dauntless, el destructor más moderno de la Marina Real británica.
La gobernante trasandina no hizo referencia a medida alguna que pusiera en riesgo el vuelo que semanalmente realiza LAN desde Punta Arenas a las islas, donde se estima que viven unos 300 chilenos.