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Psiquiatras intentan descifrar el perfil psicológico del asesino de Toulouse

El psiquiatra y presidente de la Liga Francesa de Salud Mental, Roland Coutanceau, explicó que «muchos actos terroristas son cometidos por personalidades paranoicas» y que en este caso parece que el asesino «no ve al ser humano», sino solo al símbolo que representa: judío, magrebí o negro.


Diferentes expertos galos en psiquiatría criminal estudian el perfil psicológico del «asesino de la moto» que ha conmocionado Francia. Los especialistas señalan que los actos del tirador hablan de una personalidad paranoica o megalómana motivada por una «misión» que puede no haber terminado.

El ministro francés del Interior, Claude Géant, indicó que los testigos de la matanza de este lunes en un colegio judío de Toulouse (sur de Francia) vieron una cámara adherida al pecho del asesino y añadió que «muy probablemente» éste grabó el tiroteo mortal bien para visionarlo, bien para difundir las imágenes.

Que el criminal lleve una cámara se trata de «una hipótesis», dijo más tarde el fiscal de París, François Molins, quien aseguró que no se descarta ninguna pista en la investigación para capturar al presunto asesino de siete personas: tres niños judíos, el padre de dos de ellos y tres militares de origen magrebí y antillano.

El psiquiatra y presidente de la Liga Francesa de Salud Mental, Roland Coutanceau, explicó a Efe que «los individuos que cometen acciones fuera de lo normal, a menudo, tienen un lado megalómano” que hace que quieran “inmortalizar su obra» para «justificarla» o «legitimarla».

Este experto en psiquiatría criminal contempla varias hipótesis, como que «grabe sus actos para poder hacer un manifiesto de reivindicación terrorista para ilustrar su discurso» o, de manera no excluyente, que busque «exponer su obra».

En todos esos crímenes se dan ambos elementos: «la lógica de la misión y un poco la dimensión más individualista (…) en el sentido del ego humano», agregó el médico, para quien esto último es para el agresor «un beneficio secundario», ya que «lo esencial es hablar del sentido de su combate».

El experto precisó que «muchos actos terroristas son cometidos por personalidades paranoicas» y que en este caso parece que el asesino «no ve al ser humano», sino solo al símbolo que representa: judío, magrebí o negro.

Por su parte, el psicocriminólogo Jean-François Abgrall explicó al diario «Le Parisien» que este asesino «no elige a sus víctimas al azar», sino que actúa contra «categorías muy concretas».

«En Montauban -donde mató a dos militares- incluso descartó a un peatón porque no formaba parte de sus objetivos», destacó Abgrall, para quien, tal y como temen los investigadores, el asesino «ha entrado en una guerra», sin que parezca que haya una lógica para que pare de matar.

En la misma línea, Pierre Lamothe, doctor en psiquiatría y asesor en el Tribunal Penal Internacional (TPI), subrayó en declaraciones recogidas por el diario «Le Monde» que ese hombre «no dispara contra cualquiera».

Parece un asesino que «se ve con una misión sagrada que cumplir» y que puede ser, añadió, «relativamente invisible en la sociedad».

El psicoanalista Claude Halmos comentó al rotativo «Le Figaro» que puede tratarse de un individuo «delirante», que confunde «lo que se dice en su cabeza con la realidad», y que es posible tanto que quiera que las fuerzas de seguridad le capturen como que cuente con acabar abatido.

«Mata a gente que no conoce, que no significa nada para él», es decir, «ataca a símbolos que, en su lógica, son legítimos» de ser atacados, por lo que puede que piense que lo que hace «es necesario», puntualizó Coutanceau.

Para Stéphane Bourgoin, especialista en criminología consultado por el periódico «Direct Matin», no se trata «de un enfermo mental, sino de un psicópata responsable de sus actos» que busca repercusión mediática y del que se pueden esperar nuevos atentados.

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