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Corte europea lamenta la reticencia de Rusia a investigar crímenes de Stalin

El dictamen judicial responde a la demanda presentada por 15 ciudadanos polacos, familiares de 12 víctimas de la matanza de Katyn, donde en 1940 fueron asesinados más de 20.000 polacos por orden de Iosif Stalin.


El Tribunal Europeo de Derechos Humanos lamentó este lunes «la evidente reticencia de las autoridades rusas a admitir la realidad de la matanza de Katyn», en Rusia, y el rechazó del Ministerio fiscal ruso a las demandas para rehabilitar a las víctimas.

El dictamen judicial responde a la demanda presentada por 15 ciudadanos polacos, familiares de 12 víctimas de la matanza de Katyn, donde en 1940 fueron asesinados más de 20.000 polacos por orden de Iosif Stalin.

Asimismo, el tribunal ha impuesto a Rusia una indemnización de 5.000 euros al conjunto de demandantes en concepto de gastos y costes, y 1.500 euros a uno de ellos por los gastos del viaje a la ciudad francesa de Estrasburgo, donde tiene la sede la corte, para asistir a la vista que se celebró el pasado 6 de octubre.

En el caso «Janowiec», como se le conoce debido al nombre de unos demandantes, el tribunal concluyó que los Estados, como Rusia, «tienen la obligación de investigar de manera efectiva todas las muertes acaecidas en circunstancias ilegales o sospechosas».

Pero la Sala Quinta del Tribunal de Estrasburgo precisa que esta instancia no puede examinar crímenes anteriores a la fecha en la que un Estado ha ratificado el Convenio Europeo de Derechos Humanos, en este caso Rusia lo hizo en 1998.

Las diez demandas contra Rusia por tortura fueron presentadas por una viuda y nueve hijos de las víctimas, quienes eran niños cuando se perpetraron los asesinatos.

Rusia abrió una investigación sobre la matanza en 1990, clasificada como secreta, que fue cerrada en 2004. Las demandas para desclasificarla y poder consultarla fueron siempre rechazadas por las autoridades rusas.

La Corte afirma que no acepta el argumento de las autoridades rusas de que «no tiene importancia» la decisión por la que se cerró la investigación en 2004 y recuerda que «no hay ninguna consideración legítima que afecte a la seguridad» para mantener la decisión en secreto.

El texto judicial asegura que diez de los demandantes han sufrido un doble traumatismo: perder a un allegado en la guerra y, durante 50 años, no poder descubrir la verdad, ya que «las autoridades comunistas rusas y polacas habían manipulado los hechos históricos».

Rusia puede ahora solicitar que el caso sea reexaminado por la Gran Sala del Tribunal, compuesta por 17 jueces.

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