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Jorge Bergoglio, Papa amante del fútbol que viaja en micro y lee a Borges

Nacido en Buenos Aires, se dice que el cura argentino, quien lideró el Episcopado durante dos períodos, tuvo oportunidades de ganarle en 2005 al propio Benedicto XVI. Sus encuentros con el kirchnerismo y las acusaciones en su contra por vínculos con la dictadura lo han puesto en la crítica pública.


Todo el mundo lo aclamaba. Los latinos querían y no disimulaban en exigir un papa que fuera también latinoamericano. En un momento se especuló que la batalla la libraban dos adversario, el italiano Angelo Scola y el brasileño Odilo Scherer, pero el humo blanco que salió de la chimenea del Vaticano trajo la sorpresa de un nuevo pontífice argentino: el cardenal de 76 años, Jorge Mario Bergoglio. Ahora sólo el tiempo dirá si el cura podrá cumplir con las expectativas de un pueblo sudamericano ansioso de alguien que los defienda. Con esto, el argentino se convirtió en el primer papa latinoamericano, jesuita y llamado Francisco.

De Bergoglio se sabe mucho sobre sus enfrentamientos y desacuerdos públicos con el ex presidente argentino Néstor Kirchner y con la actual mandataria Cristina Fernández, la cual no se mostró demasiado efusiva ante el anuncio de su nombramiento, aunque sí confirmó su asistencia para la asunción del nuevo papa el próximo martes. La razón de los desencuentros, se sabe, fueron las constantes críticas de Bergoglio denunciando una desatención de parte del estado hacia los más pobres, así como su acérrima oposición a la aprobación del matrimonio homosexual, legislación estandarte del kirchnerismo.

Un papa «buena onda»

Pese a este espíritu aguerrido y confrontacional, hay quienes lo describen como un hombre tranquilo y amable. De ahí que tras el anuncio de su nombramiento como papa, lo primero que hizo fue salir con una broma: “Queridos hermanos y hermanas. Sabéis que el Papa es obispo de Roma. Me parece que mis hermanos cardenales han ido a encontrarlo casi al fin del mundo. Pero estamos aquí, y os agradezco la acogida”, dijo.

Nacido «porteño», en la ciudad de Buenos Aires, el 17 de diciembre de 1936, fue uno de los cinco hijos que nacieron de una pareja de inmigrantes italianos: él, trabajador ferroviario, ella, dueña de casa. Egresó de la escuela secundaria industrial con el título de técnico químico y en 1957, a los 21 años, decidió que su vocación lo llevaba hacia el sacerdocio. Ingresó en el seminario del barrio Villa Devoto, como novicio de los jesuitas.

Como cualquier argentino, de niño fue amante del fútbol. De hecho, siempre tuvo un favorito: el club de San Lorenzo, cuyo plantel incluso le regaló una polera autografiada del equipo. Además, es un apasionado lector de Dostoievski, Borges y otros clásicos, así como del tango. Él mismo ha publicado once obras.

Durante su juventud, producto de una infección, perdió uno de sus pulmones. En 1958 tuvo acercamientos con nuestro país, hasta donde llegó para realizar el noviciado en la Compañía de Jesús, particularmente en Santiago de Chile, donde llevó a cabo sus estudios humanísticos. Después de eso, en 1964 regresó a Buenos Aires para dedicarse a la docencia en el colegio de El Salvador.

Sus cercanos dicen que siempre tuvo un estilo de vida moderado, el cual dio pie a una reputación de humildad. De hecho, Bergoglio prefiere moverse en el transporte público y vive en un pequeño departamento, ubicado en el segundo piso del edificio de la Curia, al lado de la Catedral de Buenos Aire, en lugar de en la palaciega residencial episcopal. Según el diario argentino La Nación, desde su domicilio fue testigo de cómo en diciembre de 2001 estalló la crisis en la Plaza de Mayo. Entre los gases lacrimógenos,vio cómo una señora era golpeada por agentes policiales, tomó el teléfono para hablar con el ministro del Interior y fue atendido por el entonces secretario de Seguridad, Enrique Mathov, a quien le pidió  que la policía diferenciara entre los activistas y los meros espectadores.

A menudo, se le podía encontrar en la Catedral confesando a los fieles como un sacerdote más. Incluso, tras el incendio de Cromañón, la discoteca de Buenos Aires que ardió en llamas dejando 194 muertos, llegó hasta los hospitales para acompañar a las víctimas y sus familias.

Las acusaciones que oscurecen su historial

Fue ordenado sacerdote poco antes de cumplir los 33 años, en diciembre de 1969. Poco después, llegada la dictadura de Jorge Videla, hay una atmósfera de misterio que envuelve lo que fue su actuar durante el régimen. Aunque en el momento se dijo que se dedicó a auxiliar a las víctimas de la dictadura, de quienes escuchó directamente las atrocidades que estaban ocurriendo, años después salieron a la luz numerosas acusaciones sobre su vinculación al secuestro y tortura dos sacerdotes y otros civiles a quienes se habría negado a proteger. Incluso se publicó una investigación periodística, libro titulado «El Jesuita», que recogió algunos de estos testimonios.

Además, fue llamado a declarar como testigo, por petición de la Fiscalía y las Abuelas de Plaza de Mayo, en el juicio por el plan sistemático de robo de bebés nacidos en cautiverio durante la dictadura.

 A pasos de Ratzinger

Pocos saben que Jorge Bergoglio estuvo a punto de ser papa varios años atrás. En 2005, en el cónclave que siguió a la muerte de Juan Pablo II, y según lo reveló entonces el periodista vaticanista del diario La Stampa, Marco Tosatti, el argentino pidió a los cardenales que lo querían como el próximo pontífice que se abstuvieran. La solicitud tuvo como resultado el ya sabido final: Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) se quedó con el cargo y el cardenal quedó segundo en las votaciones. Un año después de eso asumió como presidente del Episcopado, donde se mantuvo por dos períodos, hasta 2011.

Pero los cargos y las distinciones nunca le faltaron. Bergoglio integra la Comisión para América Latina, la Congregación para el Clero, el Pontificio Consejo para la Familia, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos y la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Además miembro de la Conferencia Episcopal Argentina y del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

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