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Premio Nobel de la Paz niega nexos de Bergoglio con la dictadura argentina

“Se lo cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la congregación de los Jesuitas. Pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía», recordó Pérez Esquivel en una entrevista concedida a la BBC.


El Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, celebró la designación de Jorge Mario Bergoglio a cargo de la Iglesia Católica, negando la existencia de algún tipo de nexo con la dictadura militar argentina como sostienen algunos críticos al nuevo pontífice. En tanto, el rector de la Universidad Alberto Hurtado, Fernando Montes, estimó que el nuevo papa Francisco tiene ventajas “notables de un italiano” como es la simpatía, la cercanía y lo humano, pero advierte que no es un intelectual como Joseph Ratzinger, sino que acerca más a un “hombre de gobierno”.

Pérez Esquivel rechazó las críticas que comenzaron a surgir desde algunos sectores políticos y de derechos humanos, respecto a la participación de Bergoglio con la dictadura que gobernó Argentina entre 1976 y 1983.

“A Bergoglio se lo cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la congregación de los Jesuitas. Pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía», recordó Pérez Esquivel en una entrevista concedida a la BBC.

En tanto, el sacerdote perteneciente a la orden de los Jesuitas, Fernando Montes, dijo a La Tercera que “Francisco I tiene las ventajas notables de un italiano: es simpático, cercano y humano, y la Iglesia necesita menos solemnidades y más cercanía, como Juan XXIII. Pero también posee la sensibilidad de un sudamericano hacia la pobreza y la injusticia”.

Montes fue compañero de Jorge Mario Bergoglio cuando realizaron cursos en el seminario jesuita y más tarde coincidieron en el gobierno de la Compañía de Jesús, Montes como provincial en Santiago y Bergoglio en Bueno Aires.

El rector de la UAH explica que Bergoglio es “extremadamente inteligente, pero a diferencia del cardenal Ratzinger, no se trata de un intelectual. Francisco I, por ejemplo, dirigió el Colegio Máximo de Buenos Aires, pero no era profesor de teología. Creo que se acerca más a un hombre de gobierno”.

Respecto a que junto a la llegada del nuevo pontífice se esperan cambios en la Iglesia, Montes explica que “yo quisiera esperar un poco. No hay que creer que los jesuitas somos todos iguales. Compartimos ciertas sensibilidades, pero hay de todo. Lo que sí nos une es un deseo de diálogo con el mundo moderno. Y tengo la impresión de que aquí podría haber una cuota importante de cambio. Por ejemplo, que el cardenal de Buenos Aires tuvo un rol muy importante en el documento de Aparecida, lleno de sensibilidad social”.

Además, explica que Francisco tiene una edad donde “las fuerzas y creatividad para ese tipo de cosas ya flaquean. Sólo sé que ha sido muy querido en Buenos Aires”.

El padre Montes también apunta que Bergoglio puede ser considerado como perteneciente a la tendencia más conservadora dentro de los jesuitas, mencionando que “puede ser que dentro de la Compañía fuera más conservador, aunque en la tónica peronista de los jesuitas transandinos, donde Perón fue un referente muy importante para las clases medias. De todos modos, me gustó mucho su aparición de hoy (ayer). La encontré sencilla y cercana. Me dio una buena impresión. Como jesuita, al menos, le puedo asegurar que nuestra lealtad va a ser total, sabiendo que parte de nuestro apoyo es la sinceridad. Ojalá que tengamos un pontificado que encare los problemas de la Iglesia”.

Sobre el tema valórico que debe enfrentar, el rector dijo que esperaba que no sea sólo sexual y familiar, ya que “lo valórico es, fundamentalmente, la manera cómo se trata al pobre, al que sufre y al que no tiene libertad. Pedir buenos sueldos, por ejemplo, es algo valórico. No podemos hablar sólo del matrimonio homosexual y el preservativo. De todos modos y aunque en el siglo XXI tampoco hay que dejar de tener un diálogo con esas posiciones, yo no sé cuál sea su política frente a eso o ante el celibato».

Asimismo, espera que el nuevo Papa no frene el proceso de correcciones que está realizando la Iglesia Católica en el tema de los abusos sexuales de sacerdotes.

Montes también descarta que con la llegada de un Papa jesuita, los miembros chilenos de la congregación retomen una cuota de influencia en la elite, señalando que “un país moderno no puede seguir con la idea de que sólo sirve un tipo de elite. Necesitamos más movilidad social. El hecho de alejarnos de una cierta elite no es retroceder, sino progresar hacia lo que el país requiere: más pluralismo y más educación para todos”.

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